Los humoristas vuelven a la carga evitando pedir perdón tras burlarse del hecho religioso y los andaluces
“Exigimos disculpas a los obispos catalanes por preocuparse más por el humor de ‘TV3’ que por la pederastia”. Así lo ha expresado Toni Soler presentador y director del programa ‘Està passant’, que ayer martes por la tarde volvía a la carga. Aunque el humorista anunciaba que había llegado el momento de las disculpas, no eran las suyas, pues no piensan pedir perdón por burlarse del hecho religioso y los andaluces con la Semana Santa como telón de fondo.
La realidad es que la humorista Judit Martín entró en plató el pasado 4 de abril disfrazada de la Virgen del Rocío al ritmo de ‘La Saeta’ de Serrat. Durante casi diez minutos, los presentadores Toni Soler y Jair Domínguez bromearon incluso con temas de índole sexual. Desde entonces se multiplicaron las reacciones de repulsa. A través de un comunicado, el obispo de Huelva, Santiago Gómez, defendió que la libertad de expresión “no puede ofender las creencias religiosas”.
Desde Cataluña, el arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives, calificó el hecho como “una falta grave de respeto hacia un símbolo religioso”. La Hermandad Matriz de Almonte advirtió de “posibles acciones legales”. En la esfera política, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, remarcó que “para tener gracia” hay que hacerlo “con respeto y cariño”. En esta crítica tuvo a su lado a la portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, que condenó “la ignorancia y andaluzofobia”.
Una semana después, la Conferencia Episcopal Tarraconense mostraba, de esta manera, su enfado con el ente público: “Debido al ‘gag-entrevista’ dedicado a la Virgen del Rocío, en el programa ‘Està passant’ emitido por TV3, los obispos de Cataluña manifiestan su rechazo ante una parodia que hiere la sensibilidad de muchas personas y particularmente la de todos los creyentes que, bajo esta advocación de la Virgen María, guardan su fe y sus tradiciones religiosas”.
El comunicado de dos párrafos, continuaba así: “La televisión pública debe respetar toda creencia, manteniendo la neutralidad religiosa que le corresponde y respetando los sentimientos de los creyentes, no hiriendo con este tipo de ‘gags’ que sobrepasan el sentido del humor y la dignidad de la fe de tantas personas”. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, salía también al paso para pedir “respeto y consideración hacia todas las personas que profesan una fe religiosa”, aunque admitía que tiene más que ver con un “debate electoralista”.