La comunidad de jesuitas del Centro Aletti de Roma, que hasta ahora estaba dirigida por Marko Rupnik va a ser disuelta y el religioso, acusado de abusos psicológicos y sexuales a diferentes religiosas, abandonará Roma. Así lo ha confirmado el provincial de los jesuitas en Eslovenia, Mirano Žvanut. El acusado sería trasladado a una residencia para sacerdotes ancianos.
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El centro investigado
En declaraciones recogidas por Radiotelevizija Slovenija, la radio televisión pública eslovena, Žvanut ha señalado que no conoce aún el futuro del centro en el que además del taller de pinturas y mosaicos acogía dos comunidades religiosas constituidas canónicamente: una masculina –la de los jesuitas– y otra femenina. En la comunidad estaban también los jesuitas eslovenos Ivan Bresciani y Andrej Brozovič, quienes, según el provincial, no van a regresar a su país de origen.
Más allá de esta decisión de los jesuitas, el Centro Aletti está siendo investigado por la diócesis de Roma, responsable del centro en sí ya que formalmente es, desde 2019, una asociación pública de fieles establecida en esta diócesis. El cardenal Angelo de Donatis ha desechado que esta investigación tenga el carácter de Visita Apostólica y está siendo desarrollada por parte de Giacomo Orazio Incitti, profesor de Derecho Canónico en la Universidad Urbaniana, juez externo del Tribunal de Apelaciones del Vicariato de Roma y canonista del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica.