Mahmoud Abbas reivindica que “la religión cristiana es tan verdadera en Palestina como la islámica”

  • El presidente de Palestina concede una entrevista a L’Osservatore Romano con motivo de los 30 años de los Acuerdos de Oslo
  • Lamenta que Israel haya “incumplido todos los acuerdos alcanzados” y les someta a una política de “apartheid”
  • Reconoce que animó a Francisco a acercarse al gran imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayeb, germen de la firma del documento sobre la ‘Fraternidad Humana’

papa Francisco encuentro con Simon Peres Mahmoud Abbas y Bartolome I Jardines Vaticanos 8 junio 2014

En un momento especialmente tenso en Tierra Santa, en el que el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, acaba de lamentar que la “atmósfera” generada por los ultraortodoxos en el poder, condicionando el Gobierno de Netanyahu, provoca una “escalada de violencia” en toda la región, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, ha concedido una entrevista a L’Osservatore Romano con motivo de los 30 años de los Acuerdos de Oslo. Un aniversario, tristemente, oscurecido por los nubarrones que se ciernen hoy, como casi siempre, por la tierra que alimenta espiritualmente a las tres religiones monoteístas del planeta.



En dicho coloquio con el diario vaticano, Abbas reivindica que “la religión cristiana es tan verdadera en Palestina como la islámica”. A su juicio, “lo que distingue al cristianismo en Palestina es que Jesús es hijo de esta tierra, y nació aquí, en la ciudad de Belén, en una humilde cueva, sobre la que más tarde se construyó la Basílica de la Natividad, que visitamos para felicitar a las distintas confesiones cristianas, ortodoxa, católica y armenia, tres veces con motivo de la Navidad de Jesús”.

Apoyo a los lugares de culto

Por ello, “estamos muy apegados a estos lugares de culto tan queridos tanto por los cristianos locales como por los numerosos peregrinos que vienen de todo el mundo”. Motivo por el que “no hemos dudado en iniciar en los últimos años las importantes restauraciones de las basílicas de la Natividad en Belén y del Santo Sepulcro en Jerusalén, de acuerdo con las tres confesiones cristianas adheridas al status quo. Celebramos las fiestas cristianas con todo nuestro pueblo palestino, cristianos y musulmanes, y consideramos todas las fiestas religiosas cristianas como fiestas nacionales palestinas. Somos conscientes de que la tierra de Palestina es la tierra de la santidad, de donde se originó el cristianismo y se extendió por todo el mundo”.

Cuestionado sobre si es viable la solución de los dos estados, que apoya la gran mayoría de la comunidad internacional, la Santa Sede incluida, el dirigente palestino muestra su desazón: “A pesar de la disposición de la parte palestina a numerosas iniciativas de paz y a la firma de acuerdos, como los Acuerdos de Oslo en 1993, la Iniciativa de Paz Árabe en 2002, la Hoja de Ruta para Oriente Medio en 2003 y muchas otras propuestas, los sucesivos gobiernos israelíes nunca han respondido a ninguna de estas iniciativas y ni siquiera han cumplido los acuerdos alcanzados”.

Contra el derecho internacional

Yendo más allá, Abbas denuncia que “se han aplicado prácticas coloniales que violan el derecho internacional y la Cuarta Convención de Ginebra, como la construcción de asentamientos ilegales, la anexión de tierras, la demolición de casas, la expulsión de palestinos de sus tierras y la violación de lugares sagrados islámicos y cristianos. Todo ello ha contribuido a socavar la posibilidad de la solución de los dos estados y ha permitido que se cometan crímenes de discriminación étnica al estilo del apartheid”.

Para el presidente palestino, “ahora mismo, es responsabilidad de la comunidad internacional detener a Israel, obligándole a aplicar las decisiones de la legitimidad internacional y a respetar los acuerdos firmados, poniendo fin a la ocupación israelí de la tierra del Estado de Palestina con su capital, Jerusalén Este, y volviendo a las fronteras de 1967. En cambio, en la realidad actual, la del Estado único, domina el sistema de apartheid, contrario al derecho internacional. Nuestro pueblo, que alcanza los 15 millones de palestinos dispersos por el mundo y en el Estado de Palestina, merece vivir en seguridad, paz y buena vecindad con todos los Estados de esta zona geográfica”.

El fin de la ocupación

En este sentido, lanza un mensaje de esperanza a los jóvenes de Palestina: “Debemos permanecer en nuestra tierra y en la tierra de nuestros antepasados, porque los cambios que se están produciendo, tanto en nuestra región como en el mundo, indican claramente que el fin de la ocupación israelí es inevitable, y no está lejos. Queremos la paz. La paz que se alcanzará es para nosotros una opción estratégica conforme a las resoluciones de la legitimidad internacional, para vivir finalmente de forma independiente en un Estado soberano con Jerusalén Este como capital, un Estado basado en los fundamentos del derecho internacional, la libertad, la igualdad y la justicia”.

En este punto de la conversación, Abbas tiene presente “a mi buen amigo Francisco”, recordando cuando, hace nueve años, les invitó tanto a él como a Shimon Peres, entonces presidente israelí, a plantar un árbol por la paz en los jardines vaticanos: “El olivo que hemos plantado junto con Su Santidad debe dar pronto sus frutos, y espero que Francisco siga rezando por la paz, y le instamos a continuar por el camino que ha emprendido para avanzar por la senda de la paz y la justicia en Tierra Santa. Y no olvidemos la posición del Vaticano en el reconocimiento del Estado de Palestina en las fronteras del 4 de junio de 1967, y en su disposición a abrir la embajada del Estado de Palestina en la Santa Sede. Aprecié mucho la respuesta positiva del Papa a nuestra iniciativa de reconstruir puentes con Al-Azhar Al-Sharif, que culminó con el encuentro fraternal entre él y el venerado gran imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayeb, y la firma del documento sobre la ‘Fraternidad Humana’”.

Ausencia de un interlocutor

Fraternidad que, hoy por hoy, está muy lejos de encarnarse en Tierra Santa, donde Netanyahu debe gobernar en coalición con los ultraortodoxos: “El gran problema actual es la ausencia de un interlocutor en Israel que crea realmente en la paz sobre la base de la solución de los dos estados conforme al derecho internacional. Por el contrario, en Israel parecen prevalecer líderes y ministros extremistas que incitan al odio contra nosotros; se anima a los colonos a cometer crímenes terroristas contra el pueblo palestino, como ocurrió recientemente en la ciudad de Hawara y en otros lugares y ciudades. En resumen, el problema es que ahora mismo no veo interlocutores fiables en el otro lado”.

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