España

Víctor Herrero de Miguel: “No es posible que el sistema verbal español no sea un regalo de Dios”

El capuchino descubre el “claroscuro de las palabras” en su ponencia en la 52ª Semana de Vida Consagrada





Víctor Herrero de Miguel se ha plantado en la 52ª Semana Nacional para la Vida Consagrada –que este año lleva por lema ‘Entretejer itinerarios de esperanza’– con la idea de retorcer las palabras para mostrar el lenguaje de Dios, porque, como el propio capuchino ha advertido durante su ponencia –titulada ‘Decir la esperanza. El claroscuro de las palabras’–, “Dios es el dios del lenguaje”. Por ello, “no es posible que el sistema verbal español no sea un regalo de Dios”, ha recalcado.



¿Qué tiene que ver la Inteligencia Artificial con el lenguaje de Dios? A decir verdad, y tras escuchar al profesor de Sagrada Escritura de la Universidad Pontificia Comillas: mucho. Pero hay una línea enorme que les separa: “La máquina produce un lenguaje, mientras que el ser humano, del pulso del sufrimiento, es capaz de decir y nombrar la vida”.

Para Herrero de Miguel, el lenguaje, que es un “acto de amor, es el centro íntimo de nuestro propio ser”. “Si somos seres de lenguaje es porque somos seres de relación, porque el otro me provoca a las palabras, porque el otro exige mi lenguaje y, al mismo tiempo, porque en relación lingüística con el otro me doy cuenta de que mis palabras, mi lenguaje, mi inteligencia no agota nunca la misteriosa realidad que el otro es y la misteriosa realidad que espejada en la suya descubro existir en mí mismo”, ha completado.

El lenguaje crea y descrea

Según ha expresado el capuchino, “aunque los seres humanos somos elaboradores lingüísticos de mensaje, en el fondo lo que los seres humanos somos es amantes y receptores de amor. Por eso, no es extraño que el centro más puro del lenguaje tenga que ver también con el amor: cuando hablamos lo que hacemos es o bien amar o bien desamar”.

Siguiendo su alocución, Herrero de Miguel ha señalado que el lenguaje se puede usar para hacer el bien o el mal. “El lenguaje que crea es también el lenguaje que puede descrear. Por ello, con las palabras podemos crear bendición o maldecirnos”. “El lenguaje calla y espera, pero también aísla, enrarece…”, ha subrayado.

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