Es actor, monologuista, cómico, guionista, escritor, presentador, pero, ante todo, un arquitecto del entretenimiento. Ese es Agustín Jiménez, el hombre que llega a todo: triunfa con su podcast, ‘Al fondo a la derecha’; con Carlos Alsina en ‘Onda Cero’ en ‘La hora de la guasa’; en el Teatro Amaya con ‘La cena de los idiotas’ –junto a Juanra Bonet y David Fernández–; en ‘Tu cara me suena’ (‘Antena 3’), imitando a grandes estrellas de la canción… y ahora, como no podía ser de otro modo, recibe su flamante Óscar del Humor que premia a los mejores comediantes del año.
PREGUNTA.- ¿Cómo le sienta este premio?
RESPUESTA.- Recibo todos los reconocimientos con infinito cariño. Además, es una forma de disfrutar con otros compañeros y hablar de nuestro trabajo. Allí me veré con Sara Escudero, Antonia San Juan, David Guapo, Josep Ferré, Luis Piedrahita…
P.- ¿Qué tal ‘Tu cara me suena’?
R.- He hecho zarzuelas, musicales… pero cantar en solitario e imitando a un grande de la música es tremendo. Piensa que con esta voz de barítono que tengo no puedo hacer de Whitney Houston, ¡tengo mis limitaciones! (risas). Lo que sí recomendaría a todo el mundo es vivir la transformación. Cuando entras en el elevador vestido de ti mismo y sales caracterizado de Alejandro Sanz, por ejemplo: ¡Es la bomba!
P.- ¿A quién le ha costado más imitar?
R.- Lo de Luis Miguel, con la voz que tiene, ya me pareció una osadía, pero… ¡Camarón! Eso son palabras mayores. En cualquier momento me echan del país… (…).
P.- ¿Se ve actuando ante alguien como el Papa?
R.- ¡Sí! No sabes cómo se me da la jerga argentina… He actuado delante de ministros, en convenciones nacionales de abogacía, en cumpleaños de señores pudientes… y no me corto nada. Es mi trabajo. Tengo mucho humor sobre el Vaticano que he contado delante de personas católicas y se mueren de risa. Además, con el Papa me entendería bien en lunfardo – jerga de delincuentes que se desarrolló principalmente en Buenos Aires a finales del siglo XIX– y me da la sensación de que tiene mucho sentido del humor
P.- ¿Es un tipo espiritual?
R.- Se da la paradoja de que soy ateo pero, al tiempo, y por encima de todo, creo ser un hombre muy espiritual que ve el alma de la gente en el arte. ¿Eso no es una forma de creer? Sin dogmas, sin nada. Solo pura fe en la expresión elevada.