En su más reciente Carta Pastoral dirigida a la arquidiócesis de San Salvador, su arzobispo José Luis Escobar Alas hizo un llamado a estar en ‘misión permanente’ y seguir el ejemplo de san Óscar Romero y del obispo Arturo Rivera.
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Escobar Alas se dirige en su VI Carta Pastoral -de 267 páginas- a los fieles de esa Iglesia particular, así como a sacerdotes, religiosos, seminaristas, religiosas y hombres y mujeres de buena voluntad.
El texto tiene el objetivo es animar a emprender la misión permanente, entendida como un trabajo arquidiocesano organizado y sincronizado, en el que todos se involucren de manera permanente.
“Una misión de esta envergadura no es sencilla; pero sí, es nuestra obligación, porque es el mandato de Cristo, el que, configurando a su Iglesia a su imagen y semejanza, hace de la misión un rasgo constitutivo; más aún, medular, tal y como lo explica el Concilio Vaticano II: La actividad misionera fluye de la misma naturaleza íntima de la Iglesia”, refiere.
Misión que promueva el encuentro con Cristo
La Carta Pastoral está dividida en tres partes: ‘En tierra de misión’, dedicada a conocer el desarrollo de la misión; ‘No podemos dejar de hablar’, en la que se juzga la misión desde la Palabra, la tradición y el magisterio, y ‘¡A la Misión Permanente!’, en la que se propone la forma de realizar la misión con fundamento en la Palabra y Magisterio de la Iglesia.
En resumen -explicó el arzobispo Escobar- “la misión debe ocupar el lugar central de nuestras parroquias y, consecuentemente de nuestras vidas. Como cristianos y cristianas somos enviados al anuncio de la Buena Nueva desde nuestro bautismo”.
También recordó que la misión debe promover el encuentro personal con Cristo en la oración, en la Eucaristía, y en la práctica de los Sacramentos; “una misión que vele por una correcta formación, bíblica, catequética, espiritual y si se puede, teológica. Y, por supuesto promover y animar a todos nuestros hermanos laicos a tomar parte activa en la misión permanente de las parroquias, de la diócesis; e incluso, en la misión ad gentes”.
Ideologías que penetran y golpean a la población
En la carta pastoral, el arzobispo hace recuento de los modelos misioneros de san Francisco de Asís, de san Francisco Javier y santa Teresa del Niño Jesús; en particular del Magisterio y legado de la Iglesia salvadoreña.
En ese sentido, refirió que, ante el ambiente de persecución, san Romero pidió al pueblo convertirse en misionero o evangelizador de obra y palabra, porque frente a su potencial evangelizador, la radio no era necesaria.
“Cuánta razón tenía monseñor Romero. Ni Jesús ni los primeros cristianos tuvieron radio ni canales de televisión, ni Twitter, ni Facebook, ni WhatsApp ni Instagram ni TikTok. Solo tuvieron su voz y su testimonio de vida; y llegaron a más regiones de las que podemos imaginar“, añadió el arzobispo.
Al referirse al obispo Arturo Rivera -dijo- éste vivió una de las coyunturas más dolorosas del pueblo salvadoreño: la guerra civil, y la tendencia en aumento, a imitar los patrones negativos de Europa, “imponiendo un perjudicial antropocentrismo que, sacando a Dios de sus vidas, hacía del mundo un lugar de desencuentro con Dios”.
La realidad salvadoreña -puntualizó el arzobispo- no ha cambiado mucho. “Las ideologías aún penetran y golpean a nuestra población; incluso en el seno familiar. Los medios de comunicación pululan con más fuerza en los hogares, a la televisión se han agregado los celulares, tabletas, computadoras, y más herramientas tecnológicas, que en realidad no son medios de comunicación sino de masificación; usualmente, hacen de las personas meros receptores sin sentido crítico“.