Cinco días de cónclave para remozar sus estatutos. Con cero filtraciones y sin pistas de cómo se materializará la reforma que pide el Papa. Del 12 al 16 de abril se reunieron en Roma 148 hombres -90 sacerdotes- y 126 mujeres de los cinco continentes pertenecientes al Opus Dei para participar en un congreso general extraordinario que busca adaptarse a los cambios exigidos por Francisco en ‘Ad charisma tuendum’, el ‘motu proprio’ que firmó el pasado mes de julio.
Esta nueva normativa actualiza la constitución ‘Ut sit’ que aprobó Juan Pablo II en 1982 para la institución, en tanto que el Papa argentino considera que esta realidad eclesial fundada por el santo español Josemaría Escrivá de Balaguer ha de sintonizar su carisma y misión “con las enseñanzas de la eclesiología conciliar” y con la constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’.
Entre las principales novedades a introducir en los estatutos, se encuentra el paso del Dicasterio de los Obispos al del Clero como organismo del que dependen de la Santa Sede, amén de tener que rendir cuentas cada año y no cada cinco como hasta ahora. Además, como sucede con el superior general de los salesianos o de los escolapios, el prelado ya no será ordenado arzobispo bajo el argumento papal de “fortalecer la convicción de que se necesita una forma de gobierno basada más sobre el carisma que sobre la autoridad jerárquica”.
Las propuestas votadas en el último día de la reunión para la reforma estatutaria nacen de una consulta previa a las más de 93.600 personas vinculadas al movimiento en todo el planeta. Desde la Obra no ha trascendido el sentido de estos cambios, puesto que previamente deben ser aprobados por Roma.
Desde el Opus Dei solo se han dado a conocer unas cuarenta imágenes y algunas de las palabras del prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz,en la homilía de apertura del congreso. Allí llamó a los presentes a afrontar el reto “en plena fidelidad al espíritu recibido de san Josemaría, que incluye necesariamente la unión con el Romano Pontífice, principio visible de la unidad de la Iglesia”. “Esta santa Iglesia, de la que el Opus Dei es parte y a la que quiere servir -siguiendo el ejemplo de san Josemaría- como ella quiere ser servida”, apostilló el sacerdote.
Un día después de terminar el foro, Ocáriz escribió una carta que también se ha hecho pública en la que subraya el “ambiente de serenidad y también de buen humor” vivido con “una activa participación de todos y todas” desde la “total libertad”. En el texto subraya que los dos criterios de trabajo en estas jornadas han sido “la fidelidad al carisma que recibió san Josemaría el 2 de octubre de 1928 y la filial adhesión a la voluntad expresada por el Santo Padre”. “Ha sido una manifestación elocuente de unidad en torno al don del Espíritu recibido por san Josemaría”, concluye el prelado.