Los obispos de Brasil han elegido Aparecida – Sao Paulo – para celebrar la edición 60 de su asamblea general del 19 al 28 de abril en el emblemático santuario nacional, donde hace 15 años realizaron la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
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Convocaron a más de 400 prelados, cuya tarea será elegir la nueva presidencia y los 12 miembros de las comisiones, además de dos representantes para el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y dos delegados para el Sínodo 2021-2024.
Al lado de los pobres
La presidencia saliente, con Walmor Oliveira, arzobispo de Belo Horizonte, a la cabeza, presentara una evaluación del cuatrienio 2019-2023, teniendo dos temas centrales: secuelas de la pandemia y las tensiones políticas.
El arzobispo señaló que durante la pandemia la Iglesia “intensificó aún más su trabajo de apoyo espiritual y social, haciéndose presente en la vida cotidiana de las personas de muchas maneras”, toda vez que lamentó el clima de crispación política.
“La escalada de polarización, con rupturas, incluso dentro de las familias, causadas por desacuerdos político-ideológicos. Un triste escenario, enmarcado por la creciente difusión de noticias falsas. Un momento álgido de estas polarizaciones se vivió en el último proceso electoral”, acotó.
Sostuvo que los obispos de Brasil “siempre han estado al lado de los pobres, fiel a los valores del Evangelio, alzando valiente y proféticamente su voz para denunciar las amenazas a la sociedad y a la democracia, y el abandono de los pobres”.
Problemas acuciantes
Los obispos brasileños han acogido el llamado del papa Francisco de comenzar a profundizar en el camino sinodal, con el cual establecerán líneas de trabajo para la acción evangelizadora durante estas jornadas.
En este sentido, Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre y primer vicepresidente del episcopado, opina que “la mayor referencia será siempre el Evangelio del Crucificado-Resucitado, la doctrina social de la Iglesia y la tradición”.
Sobre todo “promover el bien común y cuidar la vida en sus diversas expresiones, para que todos tengan vida y vida en abundancia”.
Mientras que Joel Portella, obispo auxiliar de Río de Janeiro y secretario general de la Conferencia de obispos, ha recordado también la situación de hambre, trabajo esclavo, la contaminación del medio ambiente, el aborto, que son “formas de agresión a la vida, que deben ser combatidas incansablemente” y se requiere la unidad de los brasileños para superarlas.
Foto: CNBB