“A imitación de Jesús, aun en medio de la violencia y de la persecución, dan la mayor prueba de amor, ofreciendo su vida y llegando a perdonar a sus enemigos”, ha afirmado en la audiencia general
No, los mártires no son cosas del pasado. Así lo ha puesto de manifiesto hoy el papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles. En una repleta plaza de San Pedro, el Pontífice ha continuado su ciclo de catequesis sobre el celo apostólico. En concreto, hoy ha reflexionado sobre los mártires como testigos del Evangelio.
“La palabra martirio proviene del griego y significa dar testimonio. El primer mártir fue Esteban, que murió apedreado por confesar su fe en Cristo. Los mártires, por tanto, son hijos e hijas de la Iglesia —de diversas edades, lugares, lenguas, naciones— que han dado la vida por amor a Jesús”, ha comenzado explicando Jorge Mario Bergoglio.
Según ha reconocido Francisco, “este dinamismo espiritual que impulsaba a los mártires se va configurando en la celebración de la Eucaristía. Así como Cristo nos amó y se entregó por todos, quienes participan en la Misa sienten el deseo de responder gratuitamente a este amor con la oblación de la propia vida”.
El Papa ha recordado que “también hoy, en diversas partes del mundo, sigue habiendo numerosos mártires que, a imitación de Jesús y con su gracia, aun en medio de la violencia y de la persecución, dan la mayor prueba de amor, ofreciendo su vida y llegando a perdonar a sus propios enemigos”. “Los mártires rezan por sus torturadores”, ha añadido.
Los mártires, sin embargo, “no deben ser vistos como ‘héroes’ que actuaron individualmente, como flores que brotan en un desierto, sino como frutos maduros y excelentes de la viña del Señor, que es la Iglesia”.
En este sentido, Bergoglio ha sido muy vehemente al expresar que “hoy hay muchos mártires en la Iglesia, muchos, porque por confesar la fe cristiana son expulsados de la sociedad o van a la cárcel… Son muchos”. Y ha continuado poniendo como ejemplo a las misioneras de la caridad asesinadas en Yemen: “Hoy hay persecuciones de cristianos en el mundo, muchas, muchas. Hay más mártires de hoy que los de los primeros siglos del cristianismo”.
Por otro lado, en su saludo a los peregrinos de lengua española, ha pedido “al Señor que, por intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, no nos cansemos de ser sus testigos, sobre todo en los momentos de tribulación”. Asimismo, ha concluido, como de costumbre, acordándose del pueblo ucraniano: “Perseveremos en la cercanía y la oración por la querida y atormentada Ucrania, que sigue soportando terribles sufrimientos”.