Al cierre de su encuentro latinoamericano, realizado en Bogotá, la Comisión del eje de mujeres en la Iglesia y sociedad, ha suscrito un manifiesto en la que destacaron la igualdad entre hombres y mujeres para “vivir la plena ciudadanía eclesial”.
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“Afirmamos la igual dignidad conferida por el bautismo, asumiendo el compromiso de la triple misión: sacerdotal, profética y regia para vivir así la plena ciudadanía eclesial – participación en las instancias de decisión – como Discípulas Misioneras de Cristo”, han señalado.
Las mujeres de la Iglesia de “diversos lugares, historias, estados de vida e identidades que representamos diferentes procesos e instancias” aspiran a “transformación eclesial, para lo cual es necesaria la conversión personal y comunitaria animada por el Espíritu Santo”.
También urge de “un cambio de mentalidad y el compromiso de todas las personas, miembros de la Iglesia. Este es el camino de una Sinodalidad Encarnada”.
Una Iglesia con rostro femenino
Han destacado “la fortaleza, la capacidad de resistencia y resiliencia de las mujeres como semilla de esperanza”, porque “esta escucha nos ha ensanchado el corazón para acogernos con profunda misericordia, a imagen de Dios Padre y Madre, dando lugar a una genuina sororidad”.
Apuestan “en este tiempo de primavera eclesial animada por el papa Francisco” por “una Iglesia con rostro femenino plural, sinodal y con ministerios compartidos que reflejen los carismas sembrados por el Espíritu Santo”.
Se han comprometido a seguir posicionando “la dignidad bautismal, el ejercicio pleno de nuestra ciudadanía eclesial, la participación amplia y diversa, la conversión y el no callar”, en torno a un plan estratégico que “desarrolle las líneas de acción e incidencia priorizadas: organización del proceso del eje y trabajo en red, participación en instancias eclesiales y sociales”.
Por ahora, “hemos saboreado los gozos y las esperanzas emergidas de las historias y experiencias de cada participante en sus realidades, transformadas en vida abundante para sí mismas y para las demás personas”.
Esta Comisión ha surgido por la articulación entre la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), Cáritas Latinoamérica y el Consejo episcopal Latinoamericano (CELAM).
Foto: Celam