El Tribunal del Vaticano aumentó ayer, jueves, la lista de delitos imputados a cuatro de las diez personas por supuestas irregularidades financieras en la Santa Sede, añadiendo los cargos de corrupción y blanqueo de capitales.
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Así, tal como recoge EFE, el presidente del Tribunal, Giuseppe Pignatone, admitió las nuevas acusaciones formuladas por el fiscal Alessandro Diddi, contra cuatro imputados de este proceso que ha sentado en el banquillo a diez trabajadores vaticanos, entre los que se incluye el cardenal Angelo Becciu, así como a empresarios externos, cuyo hermano continúa negándose a asistir al juicio a declarar.
De esta manera, el bróker Gianluigi Torzi; el que fuera financiero de referencia de la Secretaría de Estado, Enrico Crasso; el banquero Raffaele Mincione, y el funcionario de la Santa Sede, Fabrizio Tirabassi, han visto cómo los cargos contra ellos se han visto aumentados con los delitos de corrupción activa y en asociación y blanqueo de capitales.
Pariente cercano
Por su parte, Antonino Becciu, hermano del cardenal y propietario de la Cooperativa Spes, debía haber comparecido el pasado miércoles en la sala como testigo.
Sin embargo, según informó Giuseppe Pignatone, presidente del Tribunal Vaticano, envió una comunicación por correo electrónico en la que explicaba que no comparecería en el juicio, haciendo uso del art. 398 del Código Procesal Penal Vaticano, que garantiza el derecho a no contestar por ser un “pariente cercano” del acusado.