Aunque el secretario general de los obispos, César García Magán, ya abordó en la rueda de prensa de la Comisión Permanente del mes de marzo al caso Ana Obregón y la gestación subrogada, la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida ha aprovechado la reunión de la Asamblea Plenaria para sacar adelante una “nota” en torno a este hecho.
- PODCAST: Matrimonios mixtos, amor con doble bendición
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“La maternidad por subrogación es, inequívocamente, una nueva forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana, pues usa el cuerpo femenino, y toda su persona, reduciéndola a ser una incubadora humana”, sentencian los pastores en la nota, que echa mano de diferentes documentos magisteriales vaticanos para sustentarse.
Necesaria legislación
El texto episcopal arremete contra los poderes públicos “ante tanta tiniebla originada por las leyes injustas promulgadas contra la vida y la dignidad de todo ser humano”, si bien la gestación subrogada hoy por hoy está prohibida en España. Aun así, los pastores exponen explícitamente que “creemos que es necesaria una legislación que impida esta práctica de la maternidad subrogada”.
Desde la Comisión Episcopal, se considera que “el fin nunca justifica los medios y que toda persona humana es fin en sí mismo”. “Negar estas verdades nos llevaría a afirmar que todo lo técnicamente posible se puede realizar y a legitimar la cosificación y el uso de unas personas por otras”, se apunta.
Objeto de comercio
Para los obispos, “el llamado ‘útero de alquiler’ se convierte la maternidad en objeto de comercio, que se compra y se vende”. A partir de ahí, lamentan que la mujer quede “reducida a un simple instrumento, un ‘útero’ a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana”.
Eso sí, la Comisión Episcopal que lidera el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, enfatiza que “hay que priorizar el bien de los niños gestados por la maternidad subrogada, buscando la mejor solución acerca de su estatus jurídico, siendo conscientes que tienen toda la dignidad y merecen ser acogidos y respetados”. “Un niño, independientemente de cómo haya sido concebido, ha de ser amado y respetado en sus derechos”, exponen, en la línea que ya adelantó García Magán cuando no puso ninguna objeción al bautizo de estos menores.
Papel de incubadora
García Magán aclaró por su parte que “es un planteamiento en general sobre este hecho, no nos estamos refiriendo a ningún caso concreto ni mediático, sino que se trata de unos principios”. El portavoz de los obispos detalló que la gestación subrogada es “una nueva forma de explotación de la mujer, contraria a su dignidad, reduciéndola a un papel de incubadora”.
En esta misma línea, apuntó que “no se hace mención a ningún caso singular, pero en la vida surgen acontecimientos en la que, como pastores, tenemos que dar respuesta y los obispos han juzgado oportuno renovar su voz dentro de este debate social
“El fin no justifica los medios y toda persona es un fin en sí mismo”, subrayó, poniendo por delante su empatía ante el “dolor” de las mujeres que no pueden ser madres. “No se puede cosificar a unas personas por partes de otras. La maternidad no es un derecho, es un don”, remató.