La arquidiócesis de Panamá, encabezada por el obispo José Domingo Ulloa, dio a conocer la conclusión de su papel mediador en el diálogo nacional, al reconocer que, si bien se lograron consensos, “han quedado tareas pendientes que solo podrán ser materializadas con la colaboración de todos”.
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Fue en el mes de julio del año pasado cuando la Iglesia católica panameña inició su papel como mediadora en las mesas de diálogo, entre el gobierno y dirigentes magisteriales y sindicales, tras las manifestaciones públicas a causa del alza de precios de productos de la canasta básica de alimentos, medicinas y combustible.
El papel de la Iglesia panameña, en aquella primera etapa, era la de facilitar un diálogo que abriera un espacio de encuentro entre las partes en conflicto, y con la esperanza de superar la existente crisis en el país.
Pero una vez finalizada la primera etapa de la Mesa del Diálogo por Panamá, la Iglesia inició un proceso de consultas para poner las bases de una segunda fase, con el apoyo de la Escuela Latinoamericana de Diálogo Social, Tripartismo y Resolución de Conflictos de la Universidad de Panamá y el Sistema de las Naciones Unidas.
Para la Iglesia esta primera etapa permitió dejar constancia de que del Diálogo de la Mesa Única por Panamá se lograron consensos, aunque “han quedado tareas pendientes que solo podrán ser materializadas con la colaboración de todos y facilitado por otros actores expertos en gestión o resolución de conflictos”.
Seguir construyendo Panamá
De esta manera, el Equipo Facilitador de la Iglesia culminó su etapa de su gestión como parte de un proceso, que inició en un momento crítico del país.
Tras reconocer que fue un ejercicio constructivo, la Iglesia agradeció a todos los que participaron en la primera fase del diálogo, así como a todos los que confiaron en la institución:
“Gracias al pueblo panameño por su confianza, comprensión y oraciones; a los movimientos populares, a las autoridades gubernamentales, al obispo de la diócesis de Penonomé, Edgardo Cedeño, a los señores obispos que nos acompañaron en el histórico Centro Cristo Sembrador, a la Pastoral Social Cáritas, a las especialistas en mediación, a los hermanos y hermanas de las comunidades de fe por su cercanía, a los medios de comunicación eclesiales y comerciales por mantener visible el proceso de diálogo”.
La Iglesia panameña recordó que “siempre avalará y aportará, desde su experticia en humanidad, a soluciones y acciones que surjan para seguir construyendo el Panamá que nos merecemos quienes habitamos este territorio bendecido por Dios”.
Cabe mencionar que luego del anuncio de la Iglesia, uno de los actores del diálogo: la ‘Alianza Pueblo Unido por la Vida’, lamentó la decisión de la Iglesia Católica de culminar su participación como mediador de la Mesa Única del Diálogo por Panamá, pues a su parecer “abandonó los compromisos asumidos dejando inconcluso el proceso de transición hacia la segunda etapa de la mesa”.