“Los monjes y las monjas son una fuerza invisible que sostiene la misión de la Iglesia”. El papa Francisco ha alabado hoy, durante la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro, el celo apostólico de tantos “hermanos y hermanas que renuncian a sí mismos y al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia, y rezan intercediendo por todos”.
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Continuando su ciclo de catequesis dedicadas a los testigos del Evangelio, hoy ha tocado el turno de la vida contemplativa, poniendo dos ejemplos: santa Teresa del Niño Jesús -patrona de las misiones- y Gregorio de Narek -monje armenio que vivió alrededor del año mil. “¿Cómo las personas que viven en los monasterios pueden ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que pusieran sus energías en la misión?”, se ha preguntado para luego responder: “Lo que anima la vida de estos consagrados es el amor, que se traduce en la oración de intercesión”.
En relación al monje armenio, ha señalado que ya “en sus escritos, que combinan poesía y oración, destaca su sentido de solidaridad universal”. “Él es consciente de que comparte el destino de todos los hombres y dedica su vida a interceder por ellos. Su celo apostólico nos enseña a pedir misericordia para el mundo, rezando por los que no rezan y no conocen a Dios”, ha añadido.
Rezar por la “martirizada” Ucrania
El Pontífice ha dicho, dirigiéndose a todos los presentes, que “nos hará bien visitar algunos monasterios, porque allí se reza y se trabaja. Cada uno tiene su propia regla, pero allí sus manos están siempre ocupadas. Ocupadas con el trabajo y con la oración”. Al mismo tiempo, ha pedido que “el Señor nos dé nuevos monasterios, nos dé monjes y monjas que lleven adelante la Iglesia con su intercesión”.
En su saludo a los peregrinos de lengua española, “por intercesión de los santos y las santas que entregaron su vida al Señor en el silencio del claustro —como san Gregorio de Narek y santa Teresita del Niño Jesús—, pidamos la gracia de sentirnos necesitados de Dios y de aprender a orar intercediendo por todos”. Así, antes de despedirse volvió a pedir oraciones por el pueblo ucraniano: “No olvidemos rezar por la martirizada Ucrania”.