El cardenal Martínez Flores pidió dar testimonio en el ámbito de la educación y cuidar y promover integralmente a los más vulnerables
El cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano de la Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, dio la bienvenida a los participantes del Congreso de Educación Católica que se está desarrollando en ciudad capital.
Comentó que este Congreso específicamente es el resultado de la preparación de los pre-congresos realizados con anterioridad en alianza con la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Además, es una respuesta a la propuesta lanzada por el papa Francisco, en septiembre del 2019, sobre el Pacto Educativo Global, para alcanzar una transformación profunda e integral a través de la educación que mira, desde el presente, hacia el futuro.
Manifestó su intención de brindar un horizonte inspirador de la evangelización de la Iglesia y de los educadores católicos en particular. Mencionó que en Evangelii Nuntiandi, san Pablo VI, expresó que el mundo de hoy cree más en los testigos que en los maestros, y si cree en los maestros es porque dan testimonio. Francisco lo ha dicho de una manera parecida: “Menos textos y más testigos”; los textos son necesario, pero faltan testigos de fe, esperanza y de la misericordia.
El obispo recordó que el testigo tiene un conocimiento experiencial de aquello que dice; ha vivido lo que expone; ha hecho en sí mismo la prueba de la bondad de Dios que enseña y propone. “El educador laico católico… realiza una tarea que encierra una probada profesionalidad, pero no puede reducirse a ésta. Está enmarcada y asumida en su sobrenatural vocación cristiana. Debe, pues, vivirla efectivamente como una vocación“, expresó.
Tal como expresa el Dicasterio de Educación Católica y Cultura, los laicos y consagrados en su misión educativa debe abrirse a un intercambio de comunión, a la escucha e interacción con los alumnos. El cardenal continuó manifestando que los docentes están llamados a ser apóstoles de la prevención y protección contra los abusos de todo tipo, a la promoción integral de los niños y jóvenes.
El arzobispo de Asunción también destacó la figura de Jesús, a quien la gente admiraba por la autoridad y el poder de su enseñanza. “El contenido creativo de su pedagogía vivencial, impresiona atrae y convierte”. Agregó que Jesús, el Divino Maestro, crea una conciencia crítica en la gente, y esta percibe, compara y dice: enseña con autoridad, diferente a la de otros representantes. “La palabra de Jesús es poderosa y eficaz, no solo instruye, sino que ilumina, sana y libera“, aseguró.
En esta apertura del Congreso de Educación Católica, aseveró que esta es un acto de amor que ilumina, el camino para recuperar el sentido de la fraternidad, de la amistad social, sin ignorar a los más vulnerables o descartados. Finalmente, Martínez Flores aseguró que: “El educador es un testigo que no entrega solamente sus conocimientos intelectuales, sino sus convicciones evangélicas, su compromiso con la vida y la vida plena. El educador es uno que sabe manejar bien los tres lenguajes: el de la cabeza, el del corazón y el de las manos, armonizados. Y de ahí la alegría de comunicar”.