La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba agradeció al gobierno de la isla “la oportunidad de ser escuchados”, esto en referencia al encuentro que sostuvieron el 26 de abril con el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el primer ministro Manuel Marrero y otros miembros del gobierno.
Los obispos destacaron la importancia y conveniencia de esta experiencia, de cara al futuro, así como “la posibilidad del intercambio, por la seriedad en que se desarrolló”, en una reunión en la que expusieron sus “criterios y visión sobre la realidad que está viviendo el pueblo cubano”.
Entre los obispos asistentes estuvieron el presidente del episcopado cubano y obispo de Holguín, Emilio Aranguren Echeverría, así como el arzobispo de La Habana, el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez.
De acuerdo al habitual proceder en este tipo de encuentros -dijeron- “los obispos no se detuvieron en situaciones concretas de la Iglesia, sino que compartieron con todo respeto, sinceridad y claridad sus inquietudes y valoraciones acerca del momento actual que vivimos”.
De igual forma, “escucharon las informaciones, criterios y valoraciones, tanto del Presidente como del Primer Ministro, quienes también expusieron con amplitud sus visiones y las perspectivas de futuro respecto a las cuestiones abordadas”.
Para los obispos, este encuentro “fue ocasión para que renovaran ante las autoridades su compromiso por el pueblo cubano y con todo aquello que favorezca un clima más sereno de paz, concordia y esperanza”.
De acuerdo con lo informado por la Presidencia de Cuba, el encuentro forma parte de los intercambios que la dirección del país ha venido sosteniendo con diferentes sectores de la Isla.
En su discurso, el presidente Díaz-Canel evocó al padre Félix Varela, “el primero que nos enseñó en pensar”. Asimismo, manifestó que “se abordaron temas relacionados con la labor de la Iglesia católica, la situación socioeconómica del país, el fortalecimiento de valores en la sociedad, entre otros asuntos de interés común”.
“La reunión transcurrió en un clima de respeto mutuo, en correspondencia con la política de la Revolución hacia la religión y los creyentes, y la plena libertad religiosa consagrada en la Constitución de la República de Cuba”, dijo la Presidencia.