La violencia y la inseguridad están desbordadas en todo el país. Por ello, la Conferencia de obispos ha instado a todos a contribuir con actos concretos a la paz y a la reconciliación. Así este 27 de mayo ha convocado a todas las jurisdicciones eclesiales y comunidades de fe para celebrar la vigilia de Pentecostés teniendo como eje central “pedir el don de la paz viene del Resucitado en la fuerza del Espíritu Santo para nuestro país”.
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Informaron que el guión de la vigilia será distribuido en los venideros días a través de “los párrocos, asesores, coordinadores de movimientos, grupos y comunidades cristianas que utilizando la guía imploremos juntos a Dios para que nunca la violencia y la división gane nuestras sociedades y nuestros corazones”.
Crisis en Esmeraldas
Mientras que en Esmeraldas –nororiente del país – Antonio Crameri, obispo de esta jurisdicción, ha pedido declarar una emergencia humanitaria frente a la creciente violencia, las mafias, la injusticia social y el abandono estatal.
El prelado lamenta que “no es algo nuevo, hoy es una crisis sin precedentes y la comunidad esmeraldeña tiene miedo hasta de salir a las calles. Vivimos una descomposición que parece no tener fin. Y debemos seguir viviendo o sobreviviendo. Con la percepción de que el Estado promete, pero nos tiene en la realidad abandonados”.
Por eso, “estamos en una emergencia humanitaria. Esto se refiere a una situación en la que hay una amenaza inminente a la vida, a la seguridad y al bienestar de las personas que se encuentran en la población”.
Para Crameri hay un grave peligro debido a la violencia, a la falta de acceso a servicios básicos, a la interrupción de la economía y a las economías ilegales y otros factores relacionados con el conflicto que vivimos de extrema violencia.
Foto: Shutterstock