Piden a los gobiernos de la región “actúen con rectitud y legalidad en su trato para con estos hermanos”
Unos 200 migrantes venezolanos, ecuatorianos, haitianos y colombianos están varados en la frontera de Tacna (Perú) y Arica (Chile) toda vez que ambos gobiernos no logran ponerse de acuerdo del cómo manejar esta crisis. Esto ha generado un ambiente de tensiones.
Los obispos del Perú han suscrito un comunicado en el que instan a las autoridades de ambas naciones a tomar cartas en el asunto y “hacer los esfuerzos necesarios” que “conlleven a resolver esta difícil crisis migratoria”.
Por ello, de manera urgente, han pedido también ofrecer a los afectados “ayuda humanitaria como paliativo a las necesidades de los migrantes”.
Han recordado que “la persona humana posee una dignidad inviolable, que le es intrínseca por ser creado a imagen y semejanza de Dios. Esta dignidad es sagrada y debe ser respetada y defendida en toda circunstancia”.
El gobierno peruano ha enviado a frontera un contingente militar para mantener el orden. Esto ha generado enfrentamientos con algunos migrantes, por ello, los prelados han pedido que “en su legítimo derecho y responsabilidad de velar por la seguridad nacional actúen con humanismo y profesionalismo”.
Mientras que a los migrantes han pedido “evitar actos violentos y provocaciones que causen la reacción de más violencia por otras personas incluidas las fuerzas del orden. La violencia no se puede tolerar venga de donde venga”.
En un gesto de empatía con los migrantes venezolanos – colonia mayoritaria – han señalado que comprenden que deban salir forzadamente debido “a la situación política que lamentablemente impera en su país”.
Por ello, piden a los gobiernos de la región “actúen con rectitud y legalidad en su trato para con estos hermanos, respetando sus derechos, pero también las normas migratorias de los países y la seguridad de las fronteras para mantener el clima de paz entre las naciones”.
Foto: EFE