Europa

Francisco a los jóvenes: “Las JMJ han sido un antídoto contra la anestesia que hace que se prefiera el sofá”

El Papa prologa el libro de la periodista portuguesa Aura Miguel, ‘Un largo camino hacia Lisboa’, que sale a la calle este 4 de mayo





La emisora del obispado de Lisboa, Rádio Renascença, ha adelantado el prólogo que el papa Francisco ha escrito para el libro de la periodista portuguesa Aura Miguel ‘Un largo camino hacia Lisboa’ sobre la próxima Jornada Mundia de la Juventud que se celebrará en la capital portuguesa en agosto. En este libro, que sale a la venta el 4 de mayo, el pontífice relata que aún tiene en su mente a los jóvenes con los que se encontró hace diez años en Río de Janeiro.



Nuevos desafíos

“Una experiencia inolvidable”, destaca al recordar su primer viaje internacional del pontificado. “Las JMJ han sido y siguen siendo momentos fuertes para la experiencia de tantos chicos, de tantos jóvenes” señala sobre la iniciativa de Juna Pablo II. “El cambio de época que más o menos conscientemente estamos viviendo representa un desafío también y sobre todo para las generaciones más jóvenes”, advierte.

Para el Papa, lo “nativos digitales corren el riesgo cotidiano de autoaislarse, de vivir en el ambiente virtual gran parte de su existencia, haciéndose presa de un mercado agresivo que induce a falsas necesidades”, especialmente tras la pandemia. “Una y otra vez he invitado a los jóvenes a no balconear, es decir, a no permanecer en el balcón viendo pasar la vida como observadores que no se entrometen, que no se ensucian las manos, que interponen la pantalla de un smartphone o de un ordenador entre ellos y el resto del mundo”, recalca.

Francisco reitera que “después de la terrible experiencia de la pandemia, que nos ha puesto dramáticamente a todos frente al hecho de que no somos dueños de nuestra vida y de nuestro destino, y que solo podemos salvarnos juntos, el mundo se ha sumergido en la vorágine de la guerra y del rearme. Una carrera hacia el rearme que parece imparable y que corre el riesgo de conducirnos a la autodestrucción”, denuncia refiriéndose a “tantos pedazos de la Tercera Guerra Mundial”.

Frente a la indiferencia

Los jóvenes, reitera, “están llamados a decir ‘We care’, nos importa, nos interesa lo que pasa en el mundo, los sufrimientos de los que salen de casa y corren el riesgo de no volver, la suerte de tantos de sus coetáneos que han nacido y crecido en campos de refugiados, la vida de tantos jóvenes que, para huir de guerras y persecuciones o incluso simplemente para buscarse la vida, afrontan la travesía del Mediterráneo y mueren tragados por los abismos”.

“Nos importa y nos preocupa quien sufre en el silencio de nuestras ciudades y necesita ser acogido y escuchado. Nos importa y nos preocupa el destino del planeta en el que vivimos y que estamos llamados a custodiar para entregárselo a los que vendrán después de nosotros”, reclama el Papa. “Las Jornadas Mundiales de la Juventud han sido un antídoto contra el balconear, contra la anestesia que hace que se prefiera el sofá, el desinterés. Han implicado, movido, desafiado a generaciones de mujeres y hombres”, reclama. “La JMJ es un acontecimiento de gracia que despierta, amplía el horizonte, potencia las aspiraciones del corazón, ayuda a soñar, a mirar más allá. Es una semilla plantada que puede dar buenos frutos. Por eso necesitamos hoy jóvenes despiertos, deseosos de responder al sueño de Dios, que se interesen por los demás”, añade.

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