Andrii Yurash es el embajador de Ucrania ante la Santa Sede. Llegó a Roma hace poco más de un año para representar a su país en un contexto de guerra, buscar la mediación del Vaticano y conseguir la paz, algo que considera “una misión” y no un simple trabajo.
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PREGUNTA.- ¿Qué balance hace de su labor diplomática en Roma?
RESPUESTA.- Ha sido un año muy exigente en lo personal para mí. Cada día pienso en la situación de mi país, en cómo está yendo todo, y no es fácil. Es, seguramente, el año más difícil desde nuestra independencia. Tenemos desafíos muy complejos: qué hacer con la guerra, en la frontera con el agresor… Pero, por otro lado, me siento muy satisfecho y orgulloso de mi país, de mi gente y de mi nación.
Porque Ucrania ha demostrado que está en posición de defender su independencia y podemos organizarnos. Hubo predicciones muy dramáticas sobre la guerra. La mayoría de expertos y políticos decían que a Ucrania le quedaban tres o cuatro días de existencia tras el comienzo de la invasión, pero ya ha pasado más de un año y no nos hemos vuelto más débiles, sino mucho más fuertes.
Es cierto que hasta el segundo o tercer mes estuvimos principalmente solos ante el agresor, pero después todo el mundo comprendió que tenemos el espíritu y los recursos internos para resistir la agresión. Tras entenderse eso, Ucrania recibió apoyo de muchos países que nos ayudaron a darnos cuenta de nuestras posibilidades.
Tras muchas pérdidas de territorio en los primeros días, sobre todo al sur y el este del país, Ucrania ha sido capaz de recuperar casi toda la región de Járkov en septiembre y, después, pudimos tomar el control de la única ciudad que fue tomada por los rusos, Jersón. Fue un resultado contundente en el primer año recuperar nuestro territorio y espero que, en el futuro cercano, Ucrania lo libere todo para que nuestra gente vuelva. Podemos explorar cualquier tipo de negociación y conseguir condiciones de seguridad absolutas para nuestro desarrollo futuro y reconstruir nuestro país y la economía.
Gestos de apoyo
P.- ¿Percibe el apoyo de otros países europeos? Cuando se cumplió un año de la invasión, vimos banderas ucranianas en las fachadas de varias embajadas ante la Santa Sede…
R.- ¡Por supuesto! No fue un gesto formal, sino una expresión real de apoyo y solidaridad. Un montón de países europeos y no europeos expresaron su apoyo a Ucrania desde el primer día de agresión. Izaron banderas ucranianas en las ventanas o en las embajadas. Pero fue especialmente importante en Roma porque en la calle donde están las embajadas eslovena y croata también está la rusa.
Igualmente, las embajadas de Canadá o Taiwán siempre tuvieron símbolos ucranianos en sus ventanas. Y gracias a eso la bandera ucraniana estuvo muy cerca de las banderas rusas. Fue un gesto visible de cómo Eslovenia en particular y su excelente embajador, Jakob Štunf, son muy cercanos a mi país.Y fue una señal visible para los rusos, también aquí cerca de la Plaza de San Pedro, de que todo el mundo está cerca de nosotros y quiere expresarlo de muchas maneras.
P.- Hace poco habló de los niños ucranianos deportados a Rusia y de que están siendo adoctrinados allí. ¿Qué es lo que más le preocupa de ellos?
R.- Es una de las mayores preocupaciones de nuestro Gobierno. Lo expresó muchas veces nuestro presidente, Volodímir Zelenski. Más de 700.000 niños ucranianos han sido deportados a territorio ruso de diferentes maneras. Algunos de ellos con sus familias, pero otros directamente fueron robados y ahora están en campos especiales para reeducarlos.
A Ucrania le gustaría recuperar a todos estos niños y se lo estamos pidiendo a todas las instituciones internacionales, a todos nuestros socios y a todos los países con los que tenemos contacto. Los niños son el futuro de cualquier país y nuestros niños son el futuro del nuestro. Queremos traer de vuelta nuestro futuro porque estamos seguros de que después de nuestra victoria necesitaremos su fuerza y su inteligencia para reconstruirnos.
Ahora estamos pidiendo a la Santa Sede que participe lo más activamente posible en cualquier intercambio de prisioneros. Sé que todas las peticiones de Ucrania han llegado a través de la Santa Sede al bando ruso y esperamos que Rusia sea capaz de escuchar esta petición de una de las instituciones internacionales con más autoridad para que varios millones de ucranianos que fueron tomados a la fuerza puedan volver a su hogar.