“Las consecuencias económicas de la guerra empeoran las condiciones sociales de nuestras poblaciones desde hace más de un año”, han subrayado los obispos
“Una vez más, este año conmemoramos el Día de Europa en el contexto trágico de una guerra en suelo europeo que está infligiendo a la población de Ucrania un sufrimiento físico, material y espiritual terrible”. Así comienza la declaración de la COMECE por esta jornada, en la que subraya que “las consecuencias económicas de la guerra empeoran las condiciones sociales de nuestras poblaciones desde hace más de un año, con efectos aún más devastadores en los sectores más débiles de la sociedad”.
“Las circunstancias que están en los orígenes de la Unión, nacida a raíz de una guerra mundial que ha producido una inmensa destrucción e innumerables muertes, se muestran inquietantemente actuales y nos invitan a recuperar las razones y la voluntad para buscar la unidad y la paz europeas con renovada determinación”, continúa.
En este sentido, la COMECE, voz de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea, “quiere ser intérprete de este compromiso. Pretende contribuir a ello formando conciencias conscientes y responsables del tiempo que vivimos”. Por ello, “los obispos de la Unión Europea ven como su tarea animar y colaborar en cualquier esfuerzo que se realice en la búsqueda de la unidad, promoviendo los múltiples intereses ideales y materiales que unen a los pueblos de la Unión”.
Por último, han hecho “un llamado urgente a que se haga todo lo posible para superar los conflictos, a fin de lograr una paz justa. Estos son requisitos previos indispensables para el crecimiento de todos dentro de la Unión Europea y más allá de sus fronteras”.