Los responsables de las iglesias católicas de Ucrania tratan de salvar todas las dificultades para que la juventud del país no falta a la cita en la capital portuguesa
Ya el papa Francisco había avanzado en el vuelo de vuelta de Hungría que se preparaba algo para que los jóvenes ucrania os participaran en la JMJ de Lisboa el próximo mes de agosto. Ahora el sacerdote Roman Demush, viceresponsable de pastoral juvenil de la Iglesia greco católica ucraniana ha anunciado que 500 jóvenes se preparan para sumarse a la cita en la capital portuguesa, tal como ha relatado a la Agencia Sir.
“Al principio soñábamos con llevar a 100, a lo sumo 200, jóvenes a la JMJ de Lisboa. Pero gracias a Dios ahora tenemos unos 500 jóvenes de Ucrania que han expresado su deseo de participar”, señalaba el sacerdote. Un número al que hay que añadir también varios grupos de jóvenes pertenecientes a movimientos y congregaciones religiosas como los salesianos o los redentoristas. A esto hay que sumar, los ucranianos refugiados acogidos por Inglaterra, Polonia, Alemania, Francia o Italia.
Demush destacó que “la presencia de jóvenes ucranianos en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa quiere ser un testimonio. Queremos decir que muchos jóvenes inocentes están muriendo en Ucrania por defender a su país. Por tanto, están diciendo a sus coetáneos de Europa y de todo el mundo que aún hoy es posible vivir y dar la vida por grandes valores. Estaremos allí en Lisboa para abrazar a quienes nos están ayudando a sobrevivir y para pedir al mundo que no olvide al atormentado pueblo de Ucrania”, apuntó.
“Son jóvenes refugiados de guerra, jóvenes que han tenido que abandonar el país este último año a causa de la guerra”, explicó el responsable pastoral que forma parte de un comité organizador único para jóvenes de católicos tanto de rito oriental como latino. Y es que son muchos los problemas económicos y logísticos que tienen que afrontar. Para Demush “con nuestra presencia en Lisboa queremos ante todo declarar a Europa y al mundo nuestra existencia a pesar de que haya quien haga todo lo posible por destruirnos. Queremos que nos abracen, pero también abrazar a todos los que nos ayudan a resistir en esta guerra. Los jóvenes ucranianos queremos contar la verdad de lo que estamos viviendo, la verdad de esta guerra de Rusia contra el pueblo inocente de Ucrania. Tenemos el deber de decir la verdad. Pero también el deber de dar testimonio de que incluso en el siglo XXI podemos vivir radicalmente el mandamiento del amor”, reivindicó.