La Comisión Nacional de parroquia y comunidades, integrante del Área de Pastoral Eclesial de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), ha invitado a participar en encuentros de diálogo con integrantes de consejos pastorales y otros dirigentes o asesores.
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Bajo el lema ‘Movidos por la esperanza’ ha organizado encuentros interdiocesanos en cada provincia eclesiástica para animar, acompañar y mantener los espacios de discernimiento y sinodalidad que se generaron en el proceso participativo de los años recientes. Ya se han realizado tres encuentros y están programados los restantes.
Estos encuentros buscan favorecer la comunión eclesial, la escucha y el diálogo fraterno, valorar las experiencias de renovación pastoral que a nivel local y/o zonal están hoy dinamizando a las Iglesias locales. Participan vicarios pastorales, párrocos, rectores de santuarios, diáconos, coordinadores y miembros de consejos pastorales y coordinadores de pastoral juvenil.
La directora del Área Eclesial respondió las preguntas de Vida Nueva sobre estos encuentros:
PREGUNTA.- ¿Cuál fue el diagnóstico que originó este proyecto?
RESPUESTA.- La Comisión Nacional de Parroquia y Comunidades tiene su base en dos grandes temáticas: la renovación de la parroquia (Doc. Aparecida 170-173) y la formación de animadores para las comunidades de base. La comisión, como instancia de la CECh, tiene por objetivos acompañar y apoyar los procesos de renovación y animación parroquial en la Iglesia en Chile destacando la importancia de la dimensión comunitaria como fuente y expresión de esa renovación. En pos de estos objetivos se han ido buscando experiencias ya existentes en las iglesias particulares, que, desde sus originalidades, necesidades y vinculación con sus entornos, sean prácticas que renuevan la acción pastoral, comunitaria y misionera de la Iglesia.
Renovación y reforma
P.- ¿Hay nuevas experiencias?
R.- Con el Proceso sinodal de discernimiento llevado adelante estos últimos años, fueron emergiendo experiencias renovadoras en diversos ámbitos como la migración, la acción social, el vínculo con los entornos sociales y culturales, las periferias y el mundo vulnerable. Ante esto, la Comisión hizo una opción por estos encuentros con las provincias eclesiásticas, a fin de profundizar en éstas y otras experiencias que ayuden a la renovación y reforma que la Iglesia busca.
P.- ¿Cuáles son las principales conclusiones a las que han llegado los encuentros ya realizados?
R.- Es muy pronto para hablar de conclusiones, ya que se han realizado sólo tres de los seis encuentros planificados. Con todo, las proyecciones apuntan a poder generar instancias de formación centradas en los consejos pastorales parroquiales (CPPs), potenciando elementos para el discernimiento comunitario, la planificación pastoral en perspectiva sinodal y de potenciar el trabajo orgánico, a fin de entregar herramientas que sean impulso a las acciones que ya están siendo renovadoras y que ayuden también a identificar propuestas pastorales que respondan a problemáticas actuales.
Pastoral dinámica
P.- ¿Qué espera el Área Eclesial de estos encuentros?
R.- El Área Eclesial busca potenciar la puesta en común de las acciones y desafíos de las comisiones que la integran. Para ello ha ido identificando dificultades, necesidades y fortalezas para potenciar una pastoral dinámica, abierta y que impulse cambios en sus formas; fortaleciendo el trabajo colaborativo entre las comisiones, con el fin de favorecer la organicidad en el servicio que prestamos, con énfasis en los CPPs.
P.- ¿Cómo se implementarán las conclusiones y recomendaciones que puedan surgir de ellos?
R.- Entendiendo que cada diócesis es una Iglesia particular y respetando las opciones, prioridades y procesos locales, desde la Comisión y el Área, se espera, como ya mencionamos antes, realizar una propuesta formativa centrada en los CPPs, que dé elementos para el discernimiento comunitario, la planificación pastoral, la dimensión de la sinodalidad y el trabajo orgánico.
P.- ¿Cuál es la actual situación de las comunidades eclesiales de base?
R.- El vínculo principal de las comunidades es con sus propias estructuras diocesanas. Cada comunidad es particular, y compartiendo las experiencias variadas de cada realidad podemos colaborar mutuamente en estos deseos de renovación y crecimiento sinodal. Eso es parte de lo que queremos conocer a través de las convocatorias que hemos realizado a los equipos diocesanos que se relacionan directamente con las comunidades eclesiales, para favorecer este espacio de compartir experiencias de renovación y crecimiento en la vida comunitaria.
P.- ¿En qué estado se encuentran?
R.- Teniendo en cuenta la rica diversidad geográfica, cultural, demográfica y eclesial de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), podemos encontrar algunos elementos comunes: si bien continúan vigentes y dándoles vida a las parroquias y los barrios donde se insertan, sus integrantes han disminuido aumentando a la vez la edad de sus participantes. Especialmente durante el tiempo de pandemia pudimos ver que estas comunidades abrieron sus puertas ante el dolor y la soledad de fieles y de familias que lo estaban pasando mal, dando asistencia a las personas a través de canastas de alimentos básicos, comedores solidarios, ollas comunes etc.
P.- ¿Y desafíos?
R.- Dentro de los desafíos aparece fuerte la necesidad de fortalecer el rol de los consejos pastorales parroquiales, en el entendido que estas instancias son las que animan la vida pastoral de las comunidades. Otro elemento que surge es la relevancia de la dimensión comunitaria para la renovación de la Iglesia.