Lo bueno, para el final. El papa Francisco ha recibido esta mañana en el Palacio Apostólico Vaticano a Tawadros II, papa de Alejandría y jefe de la Iglesia copta ortodoxa, en una audiencia privada para celebrar el cincuenta aniversario del histórico encuentro de sus predecesores, Pablo VI y Shenouda III. Antes de concluir, su regalo: los 21 mártires coptos asesinados en Libia el 15 de febrero de 2015 serán incluidos en el Martirologio Romano.
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“En este camino de amistad nos acompañan también los mártires. Estos mártires fueron bautizados no solo en el agua y el Espíritu, sino también en sangre, una sangre que es semilla de unidad para todos los seguidores de Cristo. Me complace anunciar hoy que, con el consentimiento de Su Santidad, estos 21 mártires serán incluidos en el Martirologio Romano como signo de la comunión espiritual que une a nuestras dos Iglesias”, ha dicho el Pontífice tras agradecer la reliquia de los mártires que le han regalado.
En este sentido, ha concluido deseando que “la oración de los mártires coptos, unida a la de la Theotokos, siga haciendo crecer la amistad entre nuestras Iglesias, hasta el día bendito en que podamos celebrar juntos en el mismo altar y comulgar con el mismo Cuerpo y Sangre del Salvador”.
Antes, en las palabras que ha dirigido Jorge Mario Bergoglio, ha expresado que “en el camino ecuménico es importante mirar siempre hacia adelante”. “Cultivando en nuestros corazones una sana impaciencia y un ardiente deseo de unidad, debemos preguntarnos continuamente: ¿cuánto camino nos queda por recorrer?”, ha señalado. Sin embargo, “también es necesario recordar, sobre todo en los momentos de desánimo, alegrarnos por el camino ya recorrido y aprovechar el fervor de los pioneros que nos han precedido. Mirar hacia delante y hacer memoria. Pero, sin duda, es aún más nuestro deber mirar hacia arriba, dar gracias al Señor por los pasos que hemos dado y suplicarle que nos conceda el don de la ansiada unidad”, ha subrayado.
Los frutos del encuentro de sus predecesores
Para Francisco, “dar gracias y orar es la finalidad de nuestra conmemoración de hoy”. “El encuentro de nuestros predecesores marcó un hito histórico en las relaciones entre la Sede de San Pedro y la Sede de San Marcos. Fue el primer encuentro entre un Papa de la Iglesia ortodoxa copta y un Obispo de Roma. También marcó el final de una disputa teológica que se remontaba al Concilio de Calcedonia, gracias a la firma, el 10 de mayo del 73, de una memorable declaración cristológica conjunta, que más tarde sirvió de inspiración para acuerdos similares con otras Iglesias ortodoxas orientales”, ha cordado.
Asimismo, ha añadido: “El encuentro condujo a la creación de la Comisión Mixta Internacional entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa copta, que en 1979 adoptó los pioneros ‘Principios para guiar la búsqueda de la unidad entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa copta’, firmados por Juan Pablo II y Shenouda III”.
Como ha puesto de manifiesto el Pontífice, “esta Comisión Mixta allanó entonces el camino para el nacimiento de un fructífero diálogo teológico entre la Iglesia católica y toda la familia de las Iglesias ortodoxas orientales, que celebró su primera reunión en 2004 en El Cairo, auspiciada por Su Santidad Shenouda”. “Agradezco a la Iglesia ortodoxa copta su compromiso con este diálogo teológico. Agradezco también a Su Santidad la atención fraternal que sigue prestando a la Iglesia católica copta, una cercanía que ha encontrado una expresión encomiable en la creación del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Egipto”, ha aseverado.
Tawadros II: “El diálogo es un camino largo pero seguro”
Por su parte, Tawadros II, en su alocución, ha dicho que ve el mundo “como un gran círculo centrado en Dios: cada uno de nosotros está en un punto de este círculo y cada vez que nos acercamos a Dios, o más bien al centro del círculo, nos encontramos. Por esto nos entendemos, por la cercanía a la luz divina”. “Nuestro amor crece día a día por nuestra cercanía a Dios amor”, ha agregado.
Asimismo, ha hecho hincapié en el diálogo necesario: “Este es un camino largo pero seguro, protegido por las dos caras del amor: el del amor de Cristo por nosotros y el del amor recíproco”. Entonces, “pase lo que pase, como en los desafíos que enfrentamos, tenemos amor para protegerno,s para que podamos continuar nuestra misión y progresar en la comprensión mutua”, ha subrayado.