Cono Sur

Las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina reclamaron el cuidado del medio ambiente

Respondieron a declaraciones radiales del presidente de la Nación y criticaron su mirada sobre los bienes como recursos a explotar y saquear





“Nuestra Hermana Madre Tierra clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella” (‘Laudato si’’ N° 2) . Así comenzaron las Hijas de María Auxiliadora un documento en el que reflexionaron sobre la importancia de los territorios y la población que viven, crecen y se desarrollan en Chubut y Neuquén.



Manifestaron su preocupación ante algunas declaraciones radiales que hizo el presidente Alberto Fernández en las que cuestionó la posición de los ambientalistas ante la posible explotación de las mesetas.

Sí al agua

Las salesianas aludieron a la vida compartida con los habitantes de la región que las obliga a afirmar: “No a la megaminería, sí al agua”. Este pedido tiene su sustento en los permanentes problemas de suministro, especialmente en el verano cuando no alcanzan las reservas y se rompe el acueducto. La falta de agua trae aparejado el cierre de escuelas, centros comunitarios, de servicios sanitarios. Se detienen las actividades sociales y comerciales, pero las petroleras continúan su actividad.

Nos duele la ignorancia y la indiferencia de quienes nos gobiernan. La comunidad mapuche – tehuelche de Yala Laubat lleva casi dos años sin tener agua, ¿y todavía nos piden que pensemos en megaminería? Queremos que se respete nuestro derecho a decidir y cuidar los bienes comunes”, agregaron.

Comentaron que en todas las localidades de la provincia, los ciudadanos caminan por las calles pidiendo, después de se rechazó la segunda iniciativa que buscaba poner un freno a la explotación minera.

En respuesta al Presidente que había señalado que la meseta chubutense es un desierto, las hermanas aclararon que se trata de un ecosistema perfectamente activo y biodiverso, alejado de la consideración de quienes lo creen un recurso improductivo y, por lo tanto, zona de sacrificio.

Agregaron que allí viven hombres y mujeres que trabajan dispersos, con grandes esfuerzos, por la meseta con sus animales y sus huertas, integrantes de familias de pueblos originarios que “nunca se vieron favorecidos con políticas públicas permanentes, continuas y respetuosas de su cultura. Sólo han sido usados para la foto. Se sienten olvidados y abandonados“.

Contaminación química y social

Las religiosas aclararon que no existe un método seguro y no contaminante, y que la utilización de explosivos y químicos de alto potencial abrasivo es riesgoso para la salud, para el medio ambiente con el agua, y para las comunidades cercanas: “Deja precisamente contaminación química y social”.

Asimismo, puntualizaron que expresiones como las de Fernández dan cuenta tristemente de un pensamiento antropocéntrico que mira los bienes comunes como recursos a explotar y saquear en un sistema que sólo admite ganancias. Y agregaron: “Lejos están sus palabras de las luchas por cuidar nuestra Casa Común, la biodiversidad, el agua; lejos están sus pensamientos de las palabras del papa Francisco en ‘Laudato Si”, que nos advierten sobre este tipo de argumentos”.

Las Hijas de María Auxiliadora de la Patagonia reconocieron que les provoca un profundo dolor como personas de fe “escuchar de boca de la autoridad máxima de nuestro país, que para él -y para muchos más que rigen los destinos de esta Nación-, hay zonas de sacrificio y comunidades, incluso preexistentes al estado nacional, que son totalmente invisibilizadas“.

También puntualizaron que “nos hemos colocado por encima y fuera de la naturaleza”. Bajo el título de progreso se proyectó un molde acorde a “nuestros deseos de consumo”, generando  desigualdad, pobreza, depredación, enfermedad y también muerte de valores, de cultura, de historia, de salud, de vida.

Finalmente, las consagradas aseveraron: “Necesitamos ser críticos, creativos y cuidantes”.

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