Medjugorje es hoy por hoy uno de los epicentros más relevantes de peregrinaciones católicas vinculadas a unas apariciones marianas que todavía hoy la Santa Sede continúa sin avalar al cien por cien, pero tampoco las descarta. Un proceso de investigación abierto que viene de lejos y que, tal y como desvela ahora el cardenal Camillo Ruini, de 92 años, ha tenido que superar no pocos obstáculos.
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“El papa Francisco, a petición mía, intervino dos veces para detener a aquellos en el Vaticano que querían impedir que nuestra Comisión completara su trabajo”, ha señalado el purpurado en una entrevista con motivo de los 40 años en su ordenación episcopal a ‘Roma Sette’, el semanario de la principal archidiócesis italiana.
Esta reflexión del que fuera presidente de la comisión de investigación que puso en marcha el ahora Dicasterio para la Doctrina de la Fe, surge ‘motu proprio’ cuando el periodista Angelo Zema le pregunta por sus vínculos con el actual pontífice.
Ruini explica que, cuando Jorge Mario Bergoglio es elegido en el cónclave, él ya llevaba cinco años como emérito, por lo que “no tuve la oportunidad de colaborar con él” de manera directa. Sin embargo, sí aprecia ese apoyo recibido por Francisco en esta materia concreta. Eso sí, el purpurado no desvela quién estaba detrás de ese intento de frenar su trabajo.
Lo cierto es que finalmente, Ruini pudo llevar a término el encargo realizado en torno al enclave situado en Bosnia Herzegonia. Entre las principales conclusiones del informe que trascendió en 2017, se encontraba el reconocimiento de las primeras apariciones marianas, pero se sembró al duda de si el fenómeno sobrenatural ha continuado desde 1981.
Lo cierto es que hoy por hoy, Mirjana Dragicevic-Soldo, una de los seis niños que entonces mantenían encuentros con la ‘Reina de la Paz’, aseguró seguir viéndola cada vez. Eso sí, cuatro décadas después de la primera revelación y días después de declararse la pandemia del coronavirus, Mirjana anunció que la Virgen le habría manifestado que suprimiría su cita mensual, pero que sí se mantendría un encuentro con ella el 18 de marzo de cada año.
Lo cierto es que la comisión vaticana se constituyó 17 de marzo de 2010 por decisión de Benedicto XVI que la puso en manos de Ruini, un cardenal más que respetado por ser el vicario de Roma y presidente del Episcopado italiano. Hasta 17 veces se reunió el equipo auditor con el fin de calibrar la sobrenaturalidad o no del fenómeno Medjugorje, incluyendo viajes sobre el terreno, entrevista a los videntes…
¿El resultado final? Trece votos a favor, uno en contra y otro en blanco en relación al reconocimiento de las siete primeras apariciones que tuvieron lugar entre el 24 de junio y el 3 de julio de 1981. Con estos datos en la mano, la Santa Sede optó por la prudencia y no fue más allá de este escrutinio y se ha reservado otorgar un aval pontificio sobre las visiones.
Con este veredicto, la Comisión Ruini recomendó crear en Medjugorje una autoridad dependiente de la Santa Sede y la transformación de la parroquia en santuario pontificio para ofrecer todas las garantías pastorales y de gestión a los millones de peregrinos que acuden hasta allí.
En 2018, el Papa Francisco nombraba aHenrykHoser, arzobispo emérito de Warszawa-Praga en Polonia, como auditor permanente. O dicho de manera oficial: visitante apostólico especial para la parroquia de Medjugorje, por un período indefinido y ‘ad nutum Sanctae Sedis’.
Un año más tarde, el pontífice argentino autorizaba las peregrinaciones a Medjugorje, que hasta entonces eran consideradas ‘privadas’, o lo que es lo mismo, no contaban con el aval vaticano. Desde entonces ya pueden ser organizadas oficialmente por diócesis y parroquias. Eso sí, desde el Vaticano se quiso aclarar que esta luz verde no puede interpretarse como una “autenticación de los acontecimientos conocidos que aún requieren un examen por parte de la Iglesia”.