Aunque “la política cotiza a la baja”, desde el PSOE, su grupo federal Cristianos Socialistas ha ofrecido una aportación para que en las próximas elecciones municipales ganen el “cuidado de la casa común, amistad social y cultura del encuentro. La reflexión, firmada por Carlos García de Andoin, coordinador de Relaciones Institucionales y Memoria Democrática, destaca los logros realizados en pueblos y ciudades durante las últimas décadas.
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Retos comunes
Más allá de los avances políticos y sociales, se destaca que las “sociedades atraviesan tres grandes transiciones: demográfica, ecológica y digital” y que “cada municipio debe saber aprovechar las oportunidades que ofrecen a la vez que mitigar sus potenciales amenazas”. Por ello reclama que “es hora de impulsar los cuidados, con especial atención a niños y a mayores, en clave intergeneracional” y de “tener presente el peso creciente de la inmigración y, consiguientemente, la centralidad de las políticas inclusivas de vivienda, empleo y de convivencia propias de sociedades multiétnicas”.
Además, invita a que se generen “espacios verdes y azules” y procesos para la reducción de emisiones; así como reclamar que el cambio digital sea “una oportunidad para nuevos empleos y empresas, para la modernización del comercio local, para mejorar las políticas de cuidados, para una Administración más eficiente y más próxima al ciudadano, y para la participación de la ciudadanía en la vida política municipal” sin descuidar la “brecha digital”. A lo que hay que añadir un cambio cultural por “el cambio de valores traído por el movimiento feminista y por los jóvenes”.
Acogida y cuidado
En cuando al hecho religioso, Cristianos Socialistas reclama que “hemos de construir unas ciudades más humanas, donde se corrijan las desigualdades y se ejercite la cohesión social con quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad”. También pide “priorizar el cuidado de la casa común, el planeta que Dios nos ha dado a la humanidad”, no con “rogativas” sino con una “opción por un desarrollo sostenible demanda nuevos compromisos y políticas más decididas, en las que es determinante el activo papel de la ciudadanía” en “ciudades más sostenibles y amigables”.
“Ante la amenaza de utilizar la inmigración y la diversidad étnica como elemento de confrontación política, hemos de hacer énfasis en la propuesta de fraternidad y amistad social que nos proponen las religiones”, reclaman. “Es hora de “acoger, proteger, promover e integrar” y, sin duda, el mejor lugar para hacer esto es la política municipal. Es lugar privilegiado, además, para una gestión pública de la diversidad religiosa”, reclaman. Además invitan a vivir la política como un “servicio” desde “la cooperación y la cultura del encuentro, no desde la polarización exacerbada”.