Para el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, el Concilio Vaticano II “es de plena actualidad”. Por eso, considera necesario que se difunda a las nuevas generaciones que no vivieron ni conocieron la asamblea, “no como algo caduco o que se ha quedado anticuado”.
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“El Vaticano II no es como recordar el pasado, un nuevo impulso al Concilio Vaticano II, que no se ha quedado anticuado ni es como recordar las Termópilas. Es actual”, planteó el purpurado. Es más, reivindicó que “debemos recibir el Concilio como acontecimiento pero también como texto, ahora con Francisco, de recepción sinodal: saborear de nuevo el Vaticano II”.
Proceso de reflexión
Así se expresó el cardenal arzobispo de Barcelona, durante la presentación del primer volumen del ‘Comentario Teológico a los documentos del Concilio Vaticano II’, de la Biblioteca de Autores Cristianos. Se trata de una obra que sale a la luz en el marco preparatorio del LX aniversario de la clausura de la Asamblea Conciliar.
En el acto, el purpurado estuvo acompañado de Rafael Vázquez, secretario técnico
de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y editor del segundo volumen y de Gabriel Richi, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. El cardenal Omella también se hizo eco de la alocución de Santiago Madrigal, coordinador de la obra, que no pudo participar en el acto por motivos de salud.
“Un concilio no se cierra el día de la ceremonia de clausura, sino que a partir de ese momento empezaba un proceso de reflexión activa no menos importante”, defendió Vázquez, convencido de que “no es algo superado ni trasnochado”. En este sentido, enfatizó “el proceso de fecunda recepción con frutos, no solo para Iglesia, sino para la sociedad y la cultura”. Sobre aquella cita clave en la historia de la Iglesia, aplaudió “el gran ejercicio sinodal”, así como “la conversión” que vivieron en primera persona quienes participaron “a través del diálogo y de la escucha paciente”.
Críticas al Papa
“Hoy en día encontramos críticas al Papa Francisco, que en realidad son críticas a citas literales del Vaticano II como si fueran doctrina propia”, expresó, convencido de que “quienes critican al Papa, critican al Concilio”.
En su intervención, Richi puso en valor la necesidad de afrontar la hermenéutica del último concilio ecuménico para evitar desviaciones teológicas y, con ello “una mentalidad que no expresa el pensamiento de Cristo, sino que se alimenta de ideologías mundanas de muy diferente índole”.
