Europa

Mykhaylo Chaban, responsable salesiano en Ucrania: “Nuestro pueblo siente cercano al Papa”

  • En estos 15 meses de guerra se contabilizan 200.000 muertos, 8 millones de refugiados y 5,3 de desplazados internos
  • Los 40 religiosos de la congregación se mantienen en el país y tratan de acompañar a la población de distintos modos





Mykhaylo Chaban, superior de la Visitaduría Ucraniana de rito greco-católico María Auxiliadora, que se complementa con la otra provincia nacional salesiana y que centra su presencia en Lviv (Leópolis), Kiev, Dnipro y Novosilka, ha protagonizado esta mañana una rueda de prensa en la sede madrileña de los salesianos para explicar la situación de su país.



Si ya esta era complicada desde que en 2014 Rusia invadiera Crimea e iniciara un conflicto que ya entonces causó 14.000 víctimas, lo que ha sucedido desde el 24 de febrero de 2022, con la decisión de Putin de invadir toda Ucrania, ha generado una catástrofe sin parangón: 200.000 muertos, ocho millones de refugiados en el extranjero, 5,3 millones de desplazados internos que también se mantienen alejados de su hogar, 2.700 escuelas bombardeadas (1.500 destruidas)…

Todos se mantienen

Frente a ello, los 40 salesianos de Ucrania se mantienen junto a su pueblo sufriente, tratando de acompañar como pueden a una población golpeada. Algo para lo que, lógicamente, como ha explicado Chaban, “no estábamos preparados… Ha sido terrible, un gran sufrimiento frente al que tratamos de reaccionar cada día, adaptándonos a las circunstancias que van surgiendo”.

Hace un año y tres meses, lo primero que hicieron fue “evacuar a unos 70 jóvenes que teníamos tutelados en un hogar en Leópolis, pudiendo sacarlos hasta Eslovaquia”. Esas semanas, el panorama era devastador: “Abrimos todas nuestras casas y cada día llegaban entre 300 y 400 personas que huían del país y paraban para protegerse y descansar con nosotros un par de noches”.

Cada semana al frente

Un punto aparte lo marca “el compromiso especial de dos salesianos que, desde el principio de la guerra, cada semana, se adentran en el frente para llevar materiales de primera necesidad a la población. Además, a la vuelta, se ofrecen a evacuar con ellos a las personas que se lo piden”. De hecho, en estos meses, varios niños huérfanos o cuyas familias atraviesan una situación muy difícil han ido con ellos hasta Leópolis y allí permanecen tutelados de modo oficial por los propios hijos de Don Bosco.

Esa atención se da en el Centro Mariápolis, en Lviv, donde “repartimos 1.100 comidas al día y pronto queremos poner en marcha una escuela de secundaria para 750 alumnos”. Además, en total, “hoy hay 110 desplazados que viven con nosotros”.

Un oratorio móvil

Poco a poco, pese a las dificultades, van recuperando “el ritmo ‘normal’ de vida. Reabrimos las escuelas que podemos y ponemos en marcha nuestros espacios de deporte y los oratorios para ofrecer a los jóvenes un necesario acompañamiento psicológico en medio de tanto dolor. De hecho, contamos con un oratorio móvil que se desplaza para acompañar a las personas que no pueden acudir a nosotros”.

En los colegios han debido de adaptarse y, tras reabrirlos en septiembre, “hemos tenido que crear espacios antiaéreos en todos los centros, como se exige ya por ley”. Así que su nueva rutina incluye muchas veces “estar en clase y tener que huir todos a refugiarnos al sonar las alarmas”. Entre otras buenas noticias, Chaban ha explicado que, “salvo 12 que han querido seguir en Eslovaquia, han vuelto el resto de nuestros jóvenes tutelados”. Además, “han podido venir otros nuevos del este del país”. Tristemente, “uno de ellos es huérfano y otro ha perdido a su madre, aunque aún no lo sabe… Estamos preparándole para poder contárselo pronto”.

Un invierno difícil

Afortunadamente, el invierno ya pasó y “varias personas, que incluso salieron hacia Europa para pasar esos meses, ya han vuelto. Para los que se quedaron, tratamos de comprar madera, estufas y ropa. Fue difícil, pues Rusia bombardeó las infraestructuras claves y en Lviv, por ejemplo, solo había seis horas de luz al día”.

A nivel espiritual, el salesiano destaca que “la fe ha crecido desde la guerra. La última encuesta cifra el número de creyentes en un 84%. Antes había un 5% de ateos, pero, en apenas estos meses, ya solo son un 2%. En un momento tan difícil como este, la gente piensa mucho más en la eternidad”.

Intentos diplomáticos

Respecto al papa Francisco, sostiene que “el pueblo ucraniano lo siente cercano. Sabemos que piensa y reza mucho por nosotros. Hace todo lo posible por ayudar y facilitar la paz. No sabemos cómo se canalizan los intentos diplomáticos del Vaticano ni lo que pudo hablar en su reciente encuentro con Zelenski, pues esa es una tarea de los políticos y no nuestra. Pero sí, pase lo que pase, sentimos al Papa cerca de nosotros”.

A nivel ecuménico, “las relaciones con los ortodoxos autónomos de Kiev son muy cordiales ya desde antes de la guerra, colaborando siempre mucho con ellos. No podemos decir lo mismo con los que son fieles al Patriarcado de Moscú, que nunca han abierto cauces de diálogo, ni antes ni ahora. Además, el Estado está combatiendo a aquellos representantes de esta Iglesia que colaboran con el servicio secreto ruso, tratando de evitar que pasen información sensible”. Otro rasgo de estos meses es que “las relaciones con las confesiones protestantes han mejorado mucho y colaboramos en bastantes iniciativas de apoyo a los jóvenes”.

Contra el odio

Una cuestión difícil es “combatir los sentimientos de odio hacia Rusia que están surgiendo en muchos ucranianos. Particularmente, creo que, mientras dure la guerra, no podemos hacer nada para evitarlo. El trabajo en este sentido llegará después, cuando haya paz y hayamos recuperado todo nuestro territorio”.

Desde el inicio de la guerra, Misiones Salesianas puso en marcha la campaña ‘Emergencia Ucrania’, tratando de ofrecer apoyos concretos a los refugiados en los países vecinos y a los desplazados internos, apostando también por la educación como pilar fundamental incluso en medio de tantas dificultades. Por ahora, gracias a la implicación de los donantes y de entidades comprometidas, ha podido enviar al país más de 650.000 euros. En los próximos meses esperan poder mandar otros 300.000.

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