“La audacia de una Encíclica sobre la sexualidad y la procreación” es el título de la conferencia que ha tenido lugar hoy en el Augustinianum y en la que, tal como informa Vatican News, ha participado el cardenal prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Luis Francisco Ladaria, quien ha resaltado el valor de una encíclica que da una “visión antropológica integral” sobre la sexualidad humana del modo que lo hace esta obra del papa Montini.
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Para el cardenal Ladaria la audacia de lo que escribió Pablo VI “es mucho más profunda” que haber resistido “a las presiones” que exigían “aprobar el uso de anticonceptivos hormonales en las relaciones sexuales dentro del matrimonio católico”. Y es que, para el cardenal, la valentía de la Humanae Vitae es de “carácter antropológico porque ha mostrado la vocación divina de la sexualidad, es decir, la conexión inseparable que Dios ha querido” entre “los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreativo”.
Por el contrario, “la moral anticonceptiva que se ha afirmado en contraste con la Encíclica opone la naturaleza, el cuerpo mismo, a un concepto de libertad que pretende cambiar las “condiciones de vida del amor conyugal”. Según este punto de vista, argumentó Ladaria, lo que importa es una “unión afectiva” y en el acto sexual no importa que responda “a un sentido preexistente, natural o establecido por Dios, sino simplemente que sea un acto libre”.
Libertad y naturaleza
Por ello, el cuerpo “reducido a pura materialidad ha abierto con el tiempo el camino a una serie de derivas, en particular, una disminución alarmante de los nacimientos y una multiplicación del número de abortos”. Así, ha criticado también que “el control de la natalidad mediante el uso de anticonceptivos ha evolucionado hacia la manipulación artificial de la transmisión de la vida mediante técnicas de reproducción asistida”, ya que “primero se aceptó la sexualidad sin hijos, luego se aceptó producir hijos sin el acto sexual”.
Del mismo modo, Ladaria advirtió acerca de la “manipulación constante” que supone “tanto la ideología de género como el transhumanismo”. En este contexto, Humanae vitae no solo es “todavía válida” sino también incluso “profética, porque al rechazar los que se plantean como verdaderos antihumanismos” propone “una antropología capaz de unir la libertad con la naturaleza”.
