América

La Iglesia de Illinois reconoció un centenar de casos de abusos… y el fiscal general documenta casi 2.000

Desde 1950 hasta hoy, 450 pederastas abusaron de 1.997 menores en ámbitos eclesiales





Un nuevo escándalo por el ocultamiento de abusos ha sacudido a la Iglesia estadounidense. En este caso a la de Illinois. Y es que, si tras iniciar su propia investigación interna, en 2018, los responsables eclesiales reconocieron la existencia de 103 casos de abusos, el último informe del fiscal general del Estado ha elevado la cifra hasta llegar a un resultado demoledor: 1.997.



Dos millares de víctimas que habrían sido abusadas por 451 personas en ámbitos eclesiales (sacerdotes, religiosos y laicos) entre 1950 y 2019. Así lo ha documentado el fiscal, Kwame Raoul, que ha completado la investigación iniciada por su predecesora, Lisa Madigan, y ha elaborado un informe de casi 700 páginas que abarca a las seis diócesis del Estado, entre la que se encuentra la Archidiócesis de Chicago, una de las principales del país, pastoreada por el cardenal Blase J. Cupich.

149 nombres nuevos

Si bien las entidades eclesiales habían reconocido la culpabilidad de 302 depredadores sexuales, ahora el informe añade 149 nombres a tan funesta lista. Algo que se ha logrado gracias al paso adelante dado por muchas de sus víctimas, que sí han confiado en la investigación estatal y que no encontraron previamente esa misma confianza en el compromiso de las diócesis. Además de con esos testimonios, el fiscal ha completado su misión accediendo a más de 100.000 páginas de expedientes diocesanos y con entrevistas a algunos de los principales responsables eclesiales.

En su comparecencia ante los medios para presentar el informe, Raoul dijo esperar que esta investigación “arroje luz” a la hora de conocer los crímenes de quienes “violaron sus posiciones de poder y confianza para abusar de tantos niños inocentes”. Muchos de ellos han muerto y otros casos han prescrito, pero solo el hecho de “nombrarlos aquí” ya supone un modo de “rendir cuentas”.

“Mentir descaradamente”

Igualmente, se hace visible la responsabilidad de los obispos y de los superiores de las comunidades eclesiales, que no ejercieron correctamente su “liderazgo” y optaron por “encubrir esos abusos”, llegando incluso a “mentir descaradamente”.

Como destacó el fiscal, un caso especialmente paradigmático de este fenómeno de ocultamiento lo protagonizó el sacerdote Thomas Francis Kelly, que abusó de más de 15 niños en las décadas de 1960 y 1970. Si bien en la investigación eclesial no aparecía citado, ahora ha salido a la luz gracias a que una de sus víctimas, un monaguillo que entonces tenía 11 años, lo ha señalado ante Raoul. Ahora, varias personas más se han sumado a la denuncia contra el presbítero. Eso sí, ya nunca será juzgado ni siquiera será conocedor de que su nombre ha salido a la palestra, pues falleció en 1990. Ahora todos lamentan el hecho de que, pese a las sospechas sobre él en ambientes eclesiales, jamás se adoptó ninguna medida en su contra y se optó por trasladarle a distintas parroquias.

Chicago fue pionera

Con todo, como apunta el medio local ‘Bishop Accountability’, la Archidiócesis de Chicago, ya en 1992, cuando la dirigía el cardenal Joseph Bernardin, fue pionera a la hora de poner en marcha una comisión para evaluar el impacto de los abusos en el seno eclesial. De hecho, el fiscal reconoce esta implicación y enfatiza que la Iglesia de Chicago es “líder en la nueva era de la gestión de las denuncias de abusos”, siguiendo esta línea proactiva el actual pastor, el cardenal Cupich.

Por su parte, el purpurado ha difundido una nota aclaratoria en la que defiende que las diócesis no ocultaron nombres, sino que la gran mayoría de los 149 añadidos a la lista pertenecen a congregaciones religiosas; por tanto, fuera de sus competencias.

Petición de perdón

Cupich, pese a todo, no duda en enunciar un sentido ‘mea culpa’: “En nombre de la archidiócesis, pido disculpas a todos los que han sido perjudicados por la falta de prevención y respuesta adecuada al abuso sexual infantil por parte de clérigos. Los sobrevivientes siempre estarán en nuestras oraciones y nos hemos dedicado a erradicar este problema y curar a las víctimas”.

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