El Pontífice ha recibido este miércoles a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de Don Orione
Hoy, en el Palacio Apostólico del Vaticano, Francisco ha recibido en audiencia a las participantes en el Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de Don Orione. Y, durante su discurso, el Papa ha subrayado la necesidad de amar, precisamente, como lo hacen las madres.
“Cuando San Luigi Orione fundó vuestra primera comunidad, os dio la misión de ‘hacer experimentar [a las personas] la Providencia de Dios y la maternidad de la Iglesia'”, ha recordado Francisco. En otras palabras, “os ha llamado a encarnar la acción misericordiosa de Dios y de la Iglesia con espíritu materno”, para lo cual, tal como ha señalado el Pontífice, marcó “tres caminos fundamentales: estar unidos a Jesús, cercanos a vuestros hermanos y activos en el servicio”.
“Para vosotros la unión con Cristo debe ser la raíz de toda actividad”, ha continuado el Papa. Algo que, según ha aseverado, “el Concilio Vaticano II nos ha recordado como un valor fundamental para todos los religiosos, diciendo que enriquecen el apostolado y la vitalidad de la Iglesia tanto más cuanto más fervientemente viven unidos a Cristo, como los primeros discípulos”. No se trata, pues, “de cultivar, en la vida espiritual y apostólica, intimismos humeantes y estériles, ni de transformarse en ‘cuadros corporativos eficientes’ en la dirección de las obras”, sino, más bien, “de hacer nuestro el modo de vida de Jesús, dejándolo actuar cada vez más en nosotros, abandonándonos a él”.
Por tanto, el Papa ha animado a las religiosas a dejarse “conquistar siempre sobre todo por el Señor, por su presencia viva en la Eucaristía, en su Palabra, en vosotros mismos gracias al Espíritu Santo”. “Recordad”, ha insistido, “que, como madres, el mayor regalo que podéis hacer a los hijos que Dios os ha confiado es transmitirles vuestro amor tierno y apasionado por Jesús, enseñarles a amarlo y conocerlo como vosotros lo conocéis y lo amáis, y a hazlos partícipes de tu fe en Él”.
“La segunda indicación que os da don Orione es la de estar cerca de los hermanos”, ha indicado el Papa, recordando las palabras de Jesús: “Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. “Entonces podéis experimentar también vuestro servicio como un encuentro con Él, animados por el mismo amor”, ha explicado. “Es él quien se hace pobre y pequeño en los pobres y pequeños; es Él quien os pide calor y protección en ellos. Tened, pues, siempre, entre vosotros y hacia los demás, un sentido de ternura maternal, nunca de frialdad”.
Por último, Francisco ha apuntado que san Luigi Orione enseñó a su congregación a “trabajar mucho”, a “no escatimar en el servicio a los más necesitados”. Servir “a los pobres, a los pequeños, a los afligidos por todo mal y dolor”, con “mangas arremangadas”, “como buenas madres, con compasión, creatividad e imaginación, en la caridad”.
Y es que, tal como ha señalado el Papa, “una madre nunca se rinde ante las necesidades de sus hijos. Después de todo, es sobre todo esto lo que hace que los niños se sientan en casa, seguros, aceptados más allá de sus capacidades, éxitos, condiciones sociales, orígenes y filiación religiosa, porque una madre ama a todos, no importa”.
“¡Así ama Cristo, así ama la Madre Iglesia, y así deseo que vosotros también sepáis amar, con esta maternidad doméstica, con corazón generoso y con fuerza!”, ha añadido, porque “de este modo daréis alegría y esperanza a muchos, y un ejemplo concreto de vida sana, preciosa especialmente para los jóvenes, a menudo desorientados por modelos existenciales frágiles y vacíos”.