El dominico Jesús Díaz Sariego está convencido de que la vida consagrada está llamada a “buscar nuevos horizontes, a explorar nuevos caminos, no solo a reciclarnos para sobrevivir”. Con estas palabras se dirigió a los más de 200 responsables de congregaciones femeninas y masculinas de nuestro país presentes en la clausura de la XXIX Asamblea General de la CONFER (Conferencia Española de Religiosos), que se ha celebrado esta semana en Madrid.
Para el presidente de esta plataforma que representa a cerca de 33.000 religiosos (25.000 mujeres), además de provincial de los dominicos españoles, “somos más ambiciosos en nuestra búsqueda, más profundos y comprometidos en el discernimiento común”.
“No queremos mantenernos para subsistir, no nos contentamos con asegurar una mera permanencia”, expresó en el marco de un proceso de secularización social que en estos últimos años se está manifestando en un descenso más que notable de vocaciones, tanto en la vida religiosa como en el clero, con el correspondiente envejecimiento y cierre de comunidades y obras apostólicas.
Pero, lejos de quedarse ahí, tanto Díaz Sariego como la CONFER vienen realizando un proceso de reflexión y transformación para trabajar desde esta realidad con previsión profética, no para dejarse vencer por ella. Eso se deduce de otras de los mensajes que lanzó en su discurso: “Quien no anticipa el futuro no encontrará lugar en el futuro”. “Queremos ser hombres y mujeres de esperanza, testigos del Evangelio en la medida en que logremos ser ‘rostros de la Luz’”, añadió a renglón seguido con una referencia directa al lema que ha vertebrado estas jornadas de trabajo.
Así, instó a los superiores mayores -generales y provinciales- presentes a “llegar a los límites de nuestros carismas” y así “vencer los miedos que nos paralizan”. “Hemos de evitar esa incertidumbre corporativa, sin olvidar que ‘la esperanza toca el suelo que pisamos’”, aconsejó el consagrado, que apuesta por “una identidad dinámica, la identidad del peregrino que sabe caminar en la incertidumbre”.
En este sentido, Díaz Sariego reivindicó el papel de las religiosas y de los religiosos para “despertar al mundo” , aunando profecía y sabiduría, con la impronta que marca el Papa Francisco: “Salgamos del nido que nos contiene y seamos enviados a las fronteras”. Así, les instó a comprometerse con una “triple mirada sinodal” que pasa por la aplicación de la encíclica Laudato si’ sobre ecología integral, potenciar la “voz de mujer” para que se integre “plenamente en el conjunto de la vida consagrada”, así como no abandonar “los márgenes del mundo”.
Para hacerlo posible, el presidente de la CONFER hizo un llamamiento a dar pasos hacia adelante con “equilibrio”, una medida que permite “aprender a integrar las tensiones”. “En el equilibrio de nuestra vida y misión podremos mostrar aún más el núcleo íntimo, maduro y sereno, de nuestra vida”, especificó.