El pasado 25 de mayo se celebró el Día de África. En este contexto, el Papa ha recibido en audiencia a un grupo de niños de varias naciones del continente, a quienes Francisco ha recordado que lo que se celebra en esta fecha “simboliza la lucha de todo el continente por la liberación, el desarrollo y el progreso económico y social, así como por la valorización y profundización de la cultura africana”.
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“Vosotros sois el signo de esta rica diversidad cultural”, les ha dicho el Papa, invitándoles a “tener la audacia de ser ‘diferentes'” y de “dar testimonio de la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, del coraje, del perdón, de la lucha por la justicia y del bien común, del amor a los pobres, de la amistad social”.
“Vuestra querida tierra africana se enfrenta a enormes desafíos, como los del terrorismo, el mal gobierno, la corrupción, el desempleo juvenil masivo, las migraciones, los conflictos intercomunitarios, la crisis climática y alimentaria…”, ha continuado. “En este contexto, podéis sentiros impotentes y desanimados”, ha reconocido. “Pero sois jóvenes, lleváis muchos talentos dentro de vosotros, cultiváis grandes ambiciones, tenéis grandes sueños”, ha dicho, animándoles a seguirlos.
Luchar por la paz
“Queridos amigos, quisiera decirles esto a cada uno de ustedes: nunca renuncien a sus sueños, nunca entierren definitivamente una vocación, nunca se rindan. Seguid buscando siempre, al menos, formas parciales o imperfectas de vivir lo que en vuestro discernimiento reconozcáis como auténtica vocación”, ha aseverado.
Por último, les ha animado a dejarse iluminar “por los consejos y testimonios de los mayores”. “El diálogo con las raíces, el diálogo con los mayores, con los abuelos, con los que nos precedieron, nos permite seguir adelante”. “Pensemos en uno de los grandes desafíos de la vida: la lucha por la paz”, ha señalado. “Sean embajadores de la paz, para que el mundo redescubra la belleza del amor, de la convivencia, de la fraternidad y de la solidaridad”.
