También señala que hay un enfriamiento de las relaciones entre la Iglesia y el gobierno: antes “había un teléfono directo, hoy no hay nada de eso”
Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar emérito de San Salvador, primer cardenal salvadoreño y cercano a san Oscar Romero, ha plantado cara a Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Acusa al primer mandatario de implantar “un régimen de terror” tras promulgar la Ley de excepción, desde marzo de 2022, para combatir a las pandillas.
Denunció, en entrevista con Radio Hogar de la arquidiócesis de Panamá, que el Estado ha procedido sin derechos fundamentales como la libertad de expresión, de reunión, de un juicio justo, privadas las correspondencias y “esto es algo peligrosísimo para los que tienen conciencia de lo que es la dignidad humana”.
Lo que más le preocupa es la avasalladora máquina propagandística al servicio del gobierno, que “presentan una cara de un país muy maravilloso, donde todo era felicidad y alegría, paz, tranquilidad y yo tenía que decir que había muchísimo sufrimiento”.
Cuenta Rosa Chávez que ha sido objeto de “un ataque frontal y descarado que nunca había vivido en mis 40 años de obispo” a través de las redes solo por oponerse a la forma como se está aplicando está ley. Esa misma maquinaria propagandística “no respeta ningún criterio ético y que aplasta al adversario, quién se opone a esta decisión de la vida social”.
“Son tirar la piedra y esconder la mano, por eso no uso las redes sociales, ahí no hay control de lo que se dicen y lo que se hace”, dijo en alusión directa a Christian Guevara, del partido Nuevas Ideas, quien lo tildó “de estar comiendo del mismo plato con pandilleros”, mensaje que luego borró de redes como informó el Instituto Cultura Romeriana.
Al respecto, señaló que “ese tweet me lo mandaron y me cayó en gracia, porque me recordé de Jesús que comía con publicanos y pecadores. Esto lo explico yo en la respuesta larga en entrevista con un semanario católico (Alfa y Omega)”.
El cardenal lamenta que el trabajo con jóvenes en riesgo “se ha criminalizado” y pareciera que no tienen derecho a redimirse. Cuenta que en uno de los talleres con jóvenes que “podían caer en las pandillas o habían caído. Y estábamos en el refrigerio, me le acerqué a uno a preguntarle por qué te gusta venir a nuestro taller. Me responde, porque aquí no me dicen que no sirvo para nada, aquí me dan amor y me dan una oportunidad”.
Entonces le ha vuelto a preguntar: “¿Tú por qué haces violencia? y me respondió, cómo quiere que yo ame si nunca me he sentido amado”. Respuesta que para el alto jerarca “profundamente cierta, porque la forma que tenemos de tratamiento es una forma de odio y nadie tiene derecho a redimirse con este enfoque, por supuesto, no es un enfoque cristiano para nada” con relación a la Ley de excepción”.
Todo este contexto ha enfriado las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia, porque “en anteriores gobiernos había un teléfono directo al que uno podía llamar y hablar con algunos funcionarios y hasta con el Presidente o había un enlace con quién tomar contacto con el gobierno, hoy no hay nada de eso, ningún contacto ha habido desde que llegó el Presidente al poder”.
Recuerda que tras el triunfo de Bukele “lo visitamos para felicitarlo por su triunfo y después no ha habido ningún contacto oficial. Es un muro que se ha levantado y eso nunca pasó antes y es algo que yo recalqué, porque es un fenómeno que llama muchísimo la atención en un país con tanta tradición, donde la Iglesia ha estado presente, con tantos mártires derramando su sangre como Óscar Romero”.
Por ahora, asegura Rosa Chávez “hay un régimen de terror” y como pastores “debemos seguir el ejemplo de Romero” hasta las últimas consecuencias.
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