El papa Francisco da a luz, con la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’ bajo el brazo, al Pacto Mundial de la Familia
El Vaticano crea el Pacto Mundial de la Familia para “favorecer la cultura de la familia y de la vida en la sociedad, de modo que surjan propuestas y objetivos útiles para las políticas públicas”. Este ‘lobby’ eclesial es “un programa compartido de acciones dirigido a entablar un diálogo entre la pastoral familiar y los centros de estudio e investigación sobre la familia presentes en las universidades católicas de todo el mundo”, según explica el papa Francisco en un mensaje en el que presenta la iniciativa nacida a la luz de la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’.
Pero hacer ‘lobby’ no es el único de sus objetivos, pues se plantean otras tres líneas de acción. En primer lugar, “activar un proceso de diálogo y de mayor colaboración entre los centros universitarios de estudio e investigación que se ocupan de temáticas familiares, para hacer más fecunda su actividad, en particular creando o dando nuevo impulso a las redes entre los institutos universitarios que se inspiran en la Doctrina social de la Iglesia”.
En segundo lugar, “crear una mayor sinergia, en cuanto a los contenidos y los objetivos, entre las comunidades cristianas y las universidades católicas”. Y, en tercer lugar, “armonizar y sostener las propuestas planteadas, para que el servicio a la familia se enriquezca y sea sostenido en sus facetas espiritual, pastoral, cultural, jurídica, política, económica y social”.
Se trata de una iniciativa del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida junto con la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, con la colaboración del Centro Internacional de Estudios de la Familia, “nacida a partir de los estudios y las investigaciones sobre la relevancia cultural y antropológica de la familia, así como sobre los nuevos desafíos que esta debe afrontar”, destaca el Papa en su mensaje.
Asimismo, señala que, “juntos, universidades católicas y pastoral, pueden promover mejor una cultura de la familia y de la vida que, a partir de la realidad, ayude a las nuevas generaciones –en este tiempo de incertidumbre y de falta de esperanza– a valorar el matrimonio, la vida familiar con sus recursos y sus desafíos, y la belleza de generar y custodiar la vida humana”.
Como pone de manifiesto Jorge Mario Bergoglio, “a partir de los estudios realizados se constata un contexto de crisis de las relaciones familiares, alimentado tanto por las dificultades contingentes como por los obstáculos estructurales, lo que hace más difícil formar serenamente una familia si faltan los respaldos adecuados por parte de la sociedad”. Por esto “también muchos jóvenes rechazan la decisión del matrimonio inclinándose por relaciones afectivas más inestables e informales”, agrega.
El Pontífice explica que, “las investigaciones ponen también de manifiesto cómo la familia sigue siendo la fuente prioritaria de la vida social y muestran la existencia de buenas prácticas que merecen ser compartidas y difundidas globalmente”. En este sentido, “las mismas familias podrán y deberán ser testigos y protagonistas de este itinerario”, asevera.
Según Francisco, “en la familia se realizan gran parte de los sueños de Dios sobre la comunidad humana. Por ello no podemos resignarnos a su declive a causa de la incertidumbre, del individualismo y del consumismo, que plantean un futuro de individuos que piensan en sí mismos. No podemos ser indiferentes al futuro de la familia, comunidad de vida y de amor, alianza insustituible e indisoluble entre el hombre y la mujer, lugar de encuentro entre generaciones, esperanza de la sociedad”.
“La familia –prosigue– tiene efectos positivos sobre todos, en cuanto es generadora del bien común. Las buenas relaciones familiares representan una riqueza irremplazable no solo para los esposos y los hijos, sino para toda la comunidad eclesial y civil”.
Durante la rueda de presentación de la iniciativa, Kevin Farrell, cardenal prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, ha indicado que “el Pacto Mundial de la Familia ofrece un aporte a la formación de un pensamiento global e integral sobre el matrimonio y la familia, que se desarrolle a partir de la realidad actual, teniendo presente que en el magisterio de la Iglesia la familia es mucho más que un ‘idea'”.
Además, ha insistido en que “la implicación de las universidades católicas responde también a la necesidad de formar e implicar a los laicos cristianos en la misión evangelizadora de la Iglesia: mediante la investigación científica y la enseñanza académica, las universidades católicas pueden, de hecho, dirigirse a un público amplio, incluso alejado de lo eclesial, proponiendo el valor de la familia en el mundo en lenguaje secular”.
Por su parte, Francesco Belletti, director del Centro Internacional de Estudios de la Familia, ha hecho hincapié en que “la idea que inspiró el Pacto Mundial de la Familia fue estimular la aplicación de la exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’ en los estudios e investigaciones que se realizan en las universidades católicas o de inspiración católica”.