Se trata de una comunidad formada por religiosas jóvenes: nueve españolas y una canadiense
El monasterio de Bocairent volverá a acoger una comunidad religiosa, después de dos décadas desde que la comunidad de Monjas Agustinas fuera disuelta y 16 años desde que la parroquia adquiriera el monasterio.
Y es que, tal como recoge AVAN, el párroco de la Asunción de Nuestra Señora, Vicent Femenía, ha informado de que la comunidad de Carmelitas Descalzas buscaba un monasterio donde establecerse. La priora del convento de las Carmelitas Descalzas de Piedrahita (Ávila) propuso desplazarse a Bocairent para conocer el convento, en una visita que tuvo lugar el 2 de marzo. Tan solo tres días después, la Madre Joaquina comunicó al párroco que la comunidad había aprobado el traslado por unanimidad. Así, la parroquia cede ahora el uso del monasterio y la comunidad religiosa se ocupará del mantenimiento del mismo.
Vicent Femenía señala que, además, “se respeta el uso turístico del ‘Monestir Rupestre’ -Bien de Relevancia Local- así como las celebraciones litúrgicas y fiestas propias que en el monasterio celebramos”.
Con los permisos del obispo de Ávila, el arzobispo de Valencia y de la madre federal de las Carmelitas Descalzas los documentos fueron enviados a la Santa Sede para su autorización por parte de la Congregación para los institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. La respuesta afirmativa llegó por escrito el 26 de mayo.
Se trata de una comunidad formada por 10 religiosas, todas ellas jóvenes, nueve españolas y una canadiense. Algunas de ellas son de localidades cercanas, como Banyeres de Mariola, Villena, Aspe, Yecla y Elche. Es una comunidad que observa una clausura muy estricta, la llamada clausura papal, y que se dedica a la oración y al trabajo manual, especialmente al bordado, confección de recuerdos de Primera Comunión y Bautismo, y otras manualidades. Unas actividades con las que consiguen ser autosuficientes económicamente, y también se dedican a la atención personal y espiritual de las personas que lo deseen a través del locutorio.
La llegada de la comunidad de religiosas está prevista para el mes de septiembre. La adecuación de algunos espacios supondrá su adaptación, como la eliminación de barreras arquitectónicas.
El párroco, Vicent Femenía da las “gracias a Dios por este regalo que nos ha concedido, así como a todas las personas que durante estos años han rezado por esta causa y a los que económicamente han colaborado y colaboran, así como a sor Celia y a Sara que han mantenido encendida la llama de la vida consagrada en el Monasterio durante los últimos años”.
El llamado Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores y Santos Reyes de Bocairent esconde un gran tesoro bajo sus cimientos: monasterio rupestre subterráneo único por estar excavado en la roca.
Su historia se remonta al año 1556, cuando Mosén Melchor Hierro decidió construir un emplazamiento excavado en la roca para dar cobijo a unas religiosas, en total seis monjas procedentes de Valencia del desaparecido Convento de la Esperanza. Tras su construcción, las religiosas entraron al monasterio bajo la advocación de la ‘Sacratísima Virgen María de los Dolores y de los Bienaventurados Reyes Magos’.
Por su constitución, el lugar era ejemplo de sencillez, humildad y penitencia. Vivían en un recinto de unos 48 metros cuadrados tallado en la roca, unas dependencias a las que llegaba poca luz solar y que, como es lógico, tenía mucha humedad. En el 1700 fue sellada la cámara rupestre, ya que se construyó un segundo convento. En 1902, se creó la edificación actual.