El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha expresado su preocupación tras producirse una violenta protesta de un grupo de activistas judíos ultraortodoxos contra un grupo de cristianos evangélicos en Jerusalén. Para el secretario de la entidad con sede en Ginebra, Jerry Pillay, estos ataques con una violación del statu quo que conducen a la división, la penuria y la violencia.
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Rechazo social
Los activistas propiciaron escupitajos y rompieron algunas ventanas durante un acto de los protestantes el pasado 28 de mayo. Los hechos se produjeron cerca del Muro de las Lamentaciones. Por su parte, la Liga Antidifamación de Israel ha calificado de “despreciables” las acciones contra los cristianos en Jerusalén, según ha señalado el propio CMI.
También los líderes de las iglesias de Jerusalén han expresado repetidamente su preocupación por los ataques y el acoso de elementos extremistas de la sociedad israelí, así como por las graves amenazas a la presencia cristiana en la ciudad y en la región. La paz o la hambruna en Sudán son en estos momentos otras de las preocupaciones del consejo que reúne a 352 iglesias que representan más de 500 millones de cristianos y con el que la Iglesia Católica mantiene relaciones de afinidad a pesar de no ser miembro.