El Papa, durante la audiencia general, ha puesto como ejemplo al misionero italiano Mateo Ricci y ha invitado a todos los católicos a hacerse una pregunta: “¿Soy coherente o solo más o menos?”
“Puedes decir el Credo de memoria, puedes decir todas las cosas que creemos, pero si tu vida no es consecuente con esto, es inútil. Lo que atrae a la gente es el testimonio de la coherencia: los cristianos vivimos como lo que decimos y no pretendemos vivir como mundanos. ¡Cuidado con eso!”. Así se ha despachado hoy el papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles en una abarrotada plaza de San Pedro. Asimismo, ha invitado a todos los católicos a hacerse una pregunta: “¿Soy coherente o solo más o menos?”.
El Pontífice ha continuado hoy su ciclo de catequesis sobre el celo apostólico poniendo como ejemplo a grandes evangelizadores. El turno hoy es del misionero italiano Mateo Ricci. “Muchos intentos de llegar a China habían fracasado y Mateo tuvo la intuición de prepararse cuidadosamente aprendiendo la lengua y las costumbres chinas, antes de afrontar su misión. Esto le posibilitó entrar en el territorio y con paciencia irse acercando a la capital. Vestido como un erudito, gracias a grandes colaboradores también chinos, fue capaz de ganarse el respeto de todos y hacer llegar el mensaje de Cristo a sus contemporáneos, a través de su vida de piedad y de sus enseñanzas”, ha comenzado señalando Jorge Mario Bergoglio.
Según ha explicado el Papa, “dos recursos, por así decirlo, tenía para conseguir este propósito: por un lado, una actitud de amistad hacia todos, unida a una ejemplaridad de vida que causaba admiración; por otro, una vastísima cultura que era reconocida por sus contemporáneos, y que además supo conjugar con un estudio profundo de los clásicos confucionistas, presentando así el mensaje cristiano perfectamente inculturado”.
Por otro lado, en su saludo a los peregrinos de lengua española ha pedido al Señor que “nos dé la humildad de sabernos acercar a los demás con esa actitud de amistad, respeto y reconocimiento de su cultura y sus valores. Que sepamos acoger todo lo bueno que hay en ellos, como Jesús al encarnarse, para hacernos capaces de hablar su lenguaje. Que no dudemos en ofrecerles todo lo bueno que tenemos, para dar prueba del Amor que nos mueve. Que tengamos la fuerza de vivir con coherencia la fe que profesamos, para transmitir el Evangelio del reino sin imposiciones ni proselitismos”.
Por último, una audiencia general más, ha puesto en el centro a la “martirizada Ucrania”. “Hoy, último día del mes de mayo, la Iglesia celebra la visita de María a su prima Isabel, por quien es proclamada bienaventurada por haber creído en la palabra del Señor (cf. Lc 1,45 ). Encomendamos a su maternal intercesión a todos los probados por la guerra, especialmente a la querida y martirizada Ucrania que tanto sufre”.