El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, exigió a las autoridades del estado de Morelos y de la Ciudad de México una mayor seguridad en las carreteras, pues este vacío de presencia policiaca -dijo- ha sido aprovechado por la delincuencia.
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El también secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano consideró que las autoridades civiles, tanto las responsables de la seguridad ciudadana como las de las carreteras y autopistas, “no parecen dar acuse de recibo de los lamentables hechos por su inacción o falta de resultados, su dilación en las investigaciones y porque tampoco instrumentan acciones preventivas”.
Aseveró: “Todo ello nos impulsa a tomar la palabra y decir: ¡Ya basta!”; y es que, en último mes han aumentado los casos de asalto, secuestro y extorsión sobre todo en las carreteras que van de la Ciudad de México al estado de Morelos, por lo que el obispo de Cuernavaca expresó su preocupación:
“La tendencia de hechos que parece no terminar, al contrario, van en aumento de forma lamentable, y me refiero a la ola de robos, secuestros y asesinatos en la carretera y autopista México-Cuernavaca, de unos meses a la fecha”.
Llamó a los mexicanos a no acostumbrarse a “hechos que lastiman a las personas y a las familias, que causan derramamiento de sangre y muerte, que generan impotencia e indignación, que instauran un clima de terror y la falta de confianza tan necesaria para el desarrollo y progreso social”.
Justicia pendiente
El obispo Castro exhortó a la ciudadanía a seguir denunciando este tipo de actos con la mayor objetividad posible, lo mismo que a los medios de comunicación. Pidió “denunciar ante los ministerios públicos los eventos que se presenten; y a las autoridades civiles, como a los responsables de Caminos y Puentes Federales y la Guardia Nacional, los exhorto a poner todo el profesionalismo de su parte para prevenir más eventos y hacer justicia en todos los casos”.
Para concluir su mensaje, Castro afirmó que, como Iglesia, continuarán “formando la conciencia solidaria y fraternal de los feligreses y hombres de buena voluntad; promoveremos los valores de la vida, la dignidad humana y la exigibilidad de la justicia, y también ofreceremos el acompañamiento psicológico y espiritual para las víctimas”.
“Hacemos lo propio con generosidad y desde la pobreza de nuestros recursos, pero vemos necesario que las autoridades civiles sumen su acción eficaz y coordinada para terminar con esta ola de hechos reprobables”, concluyó.
