El país se enfrenta a una caída del 10% de su población católica y, con ello, a la disminución de los sacerdotes
Los datos son claros: en Irlanda el número de personas que se identifican como católicas no para de descender. Ha pasado, de hecho, tal como informa The Tablet, de 3.696.644 (79%) en 2016 a 3.515.861 (69%) en 2022. Datos que impactan todavía más al comprobar que en 1961, el 95% de la población se identificaba como católica, y en 2011 la cifra era del 84,2%.
“Es un tema que debemos tomarnos muy en serio”, ha dicho a The Tablet el primado de Irlanda, el arzobispo Eamon Martin de Armagh. Sin embargo, admitió que este descenso en las cifras “no fue una gran sorpresa para nosotros”.
Esta situación tiene además otra consecuencia: la falta de sacerdotes. Pero, ante ello, ya hay diócesis que están poniendo en marcha sus propias iniciativas, las cuales pasan, irremediablemente, por dar más responsabilidades a los laicos. Así, en la diócesis de Down y Connor, a partir de este verano los laicos comenzarán a dirigir oraciones en los funerales o en crematorios en algunas parroquias, entre otras labores.
La medida es parte de un programa piloto anunciado por el obispo de Derry, Donal McKeown, en su papel de administrador apostólico de la diócesis en una carta pastoral titulada “Sé parte del asombroso sueño de Dios”, publicada en Pentecostés y en la que revela que, dentro de 15 años, la diócesis, por primera vez en su historia, tendrá más sacerdotes jubilados que en el ministerio activo.