Otras siete personas obtuvieron su alta terapéutica en proceso de rehabilitación de adicciones del programa ‘Talita Kum’ de la Fundación Cristo Vive
Reunidas en un círculo las siete personas dadas de alta terapéutica en el proceso de su rehabilitación de adicciones, estaban rodeadas por sus familiares y quienes aún continúan en el programa. Es el momento de la despedida. Se recuerdan las trayectorias de esfuerzo de los y las rehabilitados y hay testimonios de sus procesos. La despedida conmueve con los abrazos de amor y apoyo de cada uno de los presentes a quienes se van.
Es un momento culminante del trabajo que realiza el programa ‘Talita Kum’ adultos, de la Fundación Cristo Vive, en el sector norte de Santiago. Resultado de un proceso que aborda las necesidades individuales de cada persona desde diferentes disciplinas, ofreciendo un servicio de calidad que promueve la recuperación y el bienestar a largo plazo. Desde el inicio de su estancia en la comunidad, los participantes reciben acompañamiento y atención personalizada, lo que les permite reflexionar sobre su consumo, adquirir herramientas para manejar sus desafíos y llevar una vida libre de sustancias adictivas.
“Talita Kum” mantiene dos centros: uno para adultos y otro para jóvenes. Esta comunidad terapéutica es reconocida por su enfoque integral y su compromiso con el bienestar de las personas que luchan contra las adicciones. A lo largo de los años, han logrado brindar apoyo y logran alta terapéutica de un promedio de diez personas por año.
La Fundación Cristo Vive nació en 1990, gracias a la iniciativa la hermana Karoline Mayer, para dar continuidad a programas de apoyo a comunidades en extrema pobreza, iniciados a fines de los 70. Trabajan por la promoción humana en sus dimensiones social, física, espiritual y material.
Actualmente mantienen 23 centros en 10 comunas de Santiago, con más de 500 trabajadores, llegando a beneficiar a más de 30 mil personas.
Karoline Mayer nació en Eichstätt, Alemania, en 1943. Llegó a Chile en 1968 como misionera de las Siervas del Espíritu Santo, graduándose cinco años después como enfermera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Sus contactos con grupos sociales vulnerables en poblaciones motivaron su decisión a dedicar a ellos su vida. Ella es el motor que empuja esta gigantesca obra social de la Iglesia que busca romper el círculo de la pobreza.
La Fundación Cristo Vive se enorgullece de celebrar los avances y logros de aquellos que han pasado por Talita Kum y que recuperan su vida de libertad de adicciones. Este testimonio de superación y fortaleza demuestra que la recuperación es posible y que el apoyo y la calidad de los servicios desempeñan un papel fundamental en el proceso de rehabilitación, dicen en la Fundación.