América

Organizaciones eclesiales piden frenar la minería en Ecuador

Hacen un llamado al Gobierno “a respetar el deseo del pueblo ecuatoriano de vivir en un ambiente digno y sano”





Por un Ecuador, libre de minería metálica ya. Es el llamado que han hecho organizaciones eclesiales en este país, entre estas, la Red Iglesias y Minería, Red Nacional de Pastoral Ecológica, Signis Ecuador.



A ellos se han sumado los obispos Rafael Cob, presidente de la Red Eclesial Panamazónica (Repam) y obispo de Puyo, Adalberto Jiménez, obispo de Aguarico y presidente de Repam Ecuador, Geovanny Paz, presidente de la Comisión de Culturas de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y obispo de Latacunga y Freddy Sarango, coordinador de la Red Nacional de Pastoral Ecológica.

Defensa de la casa común

Todos han llamado “a respetar el deseo del pueblo ecuatoriano de vivir en un ambiente digno y sano”, en especial, por “la defensa del agua y de la Casa Común”. Un clamor que quieren escuchen las autoridades.

Han puesto de ejemplo otras experiencias en América Latina, donde “la defensa de la vida ha tenido sus frutos en las leyes que protegen los territorios. El Salvador, es el primer país que ha logrado parar la minería y defender el agua”.

Por ello, dicen al Gobierno que “no quieren la minería destructora en su selva, sus montañas, sus bosques, sus ríos” y, por supuesto, han invitado a “más gente a unirse a esta causa por vivir en un ambiente digno y sano”.

Parar la destrucción

“Queridos amigos de la Amazonía y de la vida de nuestra casa común en Ecuador. Queremos unirnos a los gritos de la tierra y de los pueblos que sufren las profundas heridas provocadas por la Minería en nuestro Ecuador”, apuntaron.

Advierten que la minería metálica “vulnera los derechos de la Tierra y de los que vivimos en esta casa común de nuestro Ecuador amazónico, expresión de la belleza creadora de Dios, dado como don que debemos defender y proteger por el bien común de nuestro planeta tierra”.

Unen sus voces a todos aquellos que sienten “necesario parar una minería destructiva que trae muerte con su acción violenta, que destruye nuestro hábitat ,contamina nuestros ríos y nuestras aguas limpias y cristalinas, elemento vital para sobrevivir la humanidad”.

“Denunciamos que se roben la riqueza de esta tierra herencia divina para todos, por depredadores sin escrúpulos con la voracidad y codicia de los que no piensan en los males que causan y en las consecuencias para las futuras generaciones”, finalizaron.

Foto: Shutterstock

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