En la cultura occidental, la religión ha jugado un papel fundamental en la construcción de las relaciones entre hombres y mujeres, si bien es cierto que la investigación bíblica de los últimos siglos ha estado más focalizada en esclarecer el origen histórico de sus textos, que en analizar la historia y motivaciones de sus variadas interpretaciones.
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Irmtraud Fischer, erudita del Antiguo Testamento que ha ejercido durante casi 40 años la docencia e investigación en la Universidad de Graz (Austria), ha sido invitada este martes para hablar de este tema en DeustoForum, celebrado en el Salón de Grados de la Universidad de Deusto.
En su conferencia ha profundizado acerca de ‘La Biblia y las mujeres’, un proyecto internacional en el que aborda, junto a otras expertas teólogas, las tradiciones sesgadas de la cultura cristiana y judía, analizando la historia de la recepción de los temas bíblicos desde una perspectiva crítica de género, que incluye figuras bíblicas femeninas y temáticas relacionadas con el género. Ya cuentan con una veintena de volúmenes en 4 idiomas (español, inglés, alemán e italiano), y el 21º, que versará sobre el siglo XXI, se está trabajando actualmente en Bilbao.
La Biblia, llena de mujeres empoderadas
En este sentido, la teóloga ha invitado a volver al origen de los textos bíblicos, ya que en el curso de la historia han sufrido lecturas y traducciones sesgadas por el género, haciendo una lectura androcéntrica que prioriza lo masculino en detrimento de lo femenino, por lo que las mujeres se han visto fuertemente discriminadas y estereotipadas.
De hecho, ha asegurado que ha sido a partir de esas primeras interpretaciones que ha nacido la iconografía que ha influenciado enormemente el arte y los medios de comunicación, fomentado los sesgos y jerarquía de género, así como la discriminación y exclusión de las mujeres en la esfera política, económica y social, aún y cuando los textos bíblicos están plagados de mujeres empoderadas, que además de madres, son creadoras y ejercen otros muchos roles activos.
Por todo ello, dadas las discriminaciones de género que se han venido heredando durante generaciones en casi todas las religiones del mundo, la profesora Fischer ha hecho un llamamiento para que las instituciones sociales, culturales y religiosas cooperen en cuestiones de género ya que, “al ritmo actual, la igualdad de género tardará más de 100 años en alcanzarse”. En su opinión, las sociedades que reclaman la igualdad tienen que reinventar sus estructuras, tomar decisiones audaces e impulsar proyectos enérgicos, restableciendo el centro de poder y el acceso al dinero público.