La Compañía de Jesús castiga con la pena máxima al renovador del mosaico católico cercado por las denuncias de abusos sexuales a mujeres
Marko Rupnik ya no es jesuita. En una comunicado oficial firmado por el consejero general de la Compañía de Jesús, Johan Verschueren, se justifica la expulsión del renovador del arte del mosaico católico por “su obstinada negativa a observar el voto de obediencia”. O dicho en otras palabras, por no haber cumplido las sanciones que se le impusieron después de que se verificara sus abusos sexuales a varias mujeres, incluidas algunas religiosas.
“Solo nos queda una solución: su destitución de la Compañía de Jesús”, sentencia Verschueren. Desde hace meses, Rupnik tenía prohibido, entre otras medidas cautelares, administrar el sacramento de la confesión, llevar la dirección espiritual, acompañar ejercicios espirituales, participar en actos públicos, liderar el centro de arte que fundó…
“Obligamos al padre Marko Rupnik a cambiar de comunidad y aceptar una nueva misión en la que le ofrecimos una última oportunidad como jesuita para hacer las paces con su pasado y dar una señal clara a los muchos heridos que testificaron en su contra, para que para entrar en un camino de verdad”, expone el comunicado. En el mismo texto, se justifica la expulsión por “la reiterada negativa de Marko Rupnik a obedecer este mandato”.
Verschueren recuerda que Rupnik acumula “numerosas denuncias de todo tipo que nos han llegado, provenientes de muy diversa procedencia y por hechos ocurridos en un período de tiempo más de 30 años”. “Como superiores, consideramos muy alto el grado de credibilidad de lo informado o presenciado”, subraya el firmante del comunicado. Tras esta orden de expulsión, en principio Rupnik tendría 30 días para apelar esta decisión y transcurrido este plazo, su salida será definitiva.