La inteligencia artificial (IA) aprenderá y, a la vez, revolucionará el canto gregoriano. Eso se espera de ‘Repertorium’, un consorcio europeo liderado por la Universidad de Jaén que la Comisión Europea financia con tres millones de euros. “Estamos hablando de soluciones de inteligencia artificial y de aprendizaje profundo aplicadas en este caso al reconocimiento de partituras”, explica Pedro Vera Candeas, catedrático de Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Jaén, con sede en Linares.
El proyecto es descrito por el consorcio –entre los que participan el Instituto Complutense de Ciencias Musicales, la Universidad de Alicante o la Asociación Hispana para el Estudio del Canto Gregoriano– como la búsqueda de “un mundo digital centrado en el ser humano”. En concreto, asume que “es una tarea esencial hacia la evolución de una IA que pueda reflejar auténticamente los valores de la civilización humana”.
La finalidad última es crear una IA más humana a través del repertorio gregoriano y, también, de la ópera barroca: “Repertorium construye nuestro futuro a partir de nuestro pasado preparando el terreno para que una IA comprenda y se ajuste a las intenciones, preferencias y objetivos humanos plasmados en siglos de tradiciones y artefactos de la civilización europea, además de nuestras instrucciones”. La abadía benedictina de Saint-Pierre de Solesmes (Francia) será el eje del repertorio gregoriano.
Vera explica cómo se llevará a cabo en dos líneas de investigación aplicada. La primera “es el reconocimiento de partitura, que en este caso vamos a utilizar principalmente para canto gregoriano. Vamos a digitalizar la base de datos de Solesmes, que tiene 400.000 fotografías de canto gregoriano sin catalogar, y vamos a hacer reconocimiento automático de partitura para intentar determinar nuevos cantos que ahora mismo no se hayan detectado, que no estén catalogados en la base de datos internacionales, para principalmente poder encontrar cantos nuevos que se hayan perdido y que estén en esta base de datos que se fotografió a principios de 1900”.
La previsión es que, al menos, inteligencia artificial de unos 4.000 cantos, algunos de ellos con mil años de antigüedad. Aunque Repertorium –realmente, sigla en inglés de un proyecto que se define como “Investigación y fomento de la promoción del repertorio europeo a través de tecnologías que funcionan con máquinas que utilizan registros interrelacionados”– maneja, de hecho, una base de datos de hasta dos millones de obras de canto gregoriano entre las que buscará concordancias. Para entrenar el reconocimiento óptico de música (OMR) y la recuperación de información musical (MIR), se indexarán manualmente unos 127.000 cantos. Además, la aplicación de tecnología de audio a partitura (A2S) permitirá comparar archivos sonoros.
La digitalización de las 400.000 fotografías –de las que no se sabe el número exacto de cantos que contienen– se pondrá a disposición de los investigadores en museología a través del portal DIAMM de la Universidad de Oxford. Y el proyecto incluye, además, la grabación en Le Barroux (Francia) de unas 2.200 horas en las formas tridentinas, que se podrán escuchar en Neumz, la gran plataforma de canto gregoriano para IOS y Android, actualmente con más de 7.000 horas grabadas por la comunidad de monjas benedictinas de Notre-Dame de Fidélité de Jouques, en la Provenza francesa. Su repertorio de cantos litúrgicos incluye el salterio, el leccionario, el colectario, el antifonario, el responsario y el gradual.