“En el Evangelio de hoy Jesús repite tres veces a sus discípulos: ‘No temáis’ (Mt, 10). Jesús dice que no temamos no porque todo vaya a estar bien en el mundo, sino porque para el Padre somos preciosos y nada de lo bueno se perderá. Por eso nos dice que no nos dejemos bloquear por el miedo, sino que temamos a otra cosa, a uno sola: a tirar la propia vida“. Así lo ha explicado el papa Francisco esta mañana, asomado a la ventana del Palacio Apostólico para el rezo del ángelus junto a los fieles que le esperaban en la plaza de San Pedro.
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“Jesús habla de ello para decir que el verdadero miedo a tener es tirar la vida como diciendo: no hay que temer tanto sufrir malentendidos y críticas, perder prestigio y ventajas económicas para permanecer fieles al Evangelio, sino más bien desperdiciar nuestra existencia persiguiendo cosas triviales, que no llenan de sentido la vida de hoy”, ha continuado el Papa, subrayando que “esto también es importante para nosotros”.
“Lo esencial no cuesta dinero”
“Incluso hoy, de hecho, uno puede ser objeto de burla o discriminación si no sigue ciertos modelos de moda, que, sin embargo, a menudo ponen en el centro realidades secundarias: cosas en lugar de personas, rendimiento en lugar de relaciones”, ha señalado. Por ejemplo, Francisco se ha referido a “los padres que necesitan trabajar para mantener a sus familias” sin dedicarles tiempo, o a los consagrados que “deben comprometerse en su servicio, pero olvidando dedicar tiempo a estar con Jesús” lo que hace que caigan “en la mundanidad espiritual y pierden el sentido de lo que son”.
“Todo esto implica alguna renuncia frente a los ídolos de la eficiencia y del consumismo, pero es necesario para no perderse en las cosas, que luego se desechan”. Por ello, “mantenerse fiel a lo que importa no cuesta dinero; cuesta ir a contracorriente, liberarse de los condicionamientos del pensamiento común, ser apartado por los que ‘siguen la ola'”. Sin embargo, “como dice Jesús, esto no importa: lo que importa es no desechar el mayor bien: la vida. Eso solo debería asustarnos”.
Al término del ángelus, el Papa recordó el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi: “Quiero aprovechar esta ocasión para expresar, una vez más, mi cercanía a los familiares, especialmente a la madre, y asegurarles mis oraciones”. “Hago extensivo mi recuerdo a todas las familias que soportan el dolor de un ser querido que ha desaparecido”, añadió.
