La Red Eclesial Gran Chaco y Acuífero Guaraní (REGCHAG) emitieron un comunicado en el que expresaron su cercanía y compromiso con los pueblos indígenas, y su solidaridad ante la lucha que viven en defensa de los territorios.
La REGCHAG condenó la situación que viven los pueblos indígenas en Jujuy en Argentina, y en Nueva Toledo en Paraguay, ambos propiciadas por las autoridades de cada país.
Los miembros de la red, como protagonistas eclesiales de la región, levantaron su voz de protesta contra las reformas constitucionales del gobierno de Jujuy, que “ponen en riesgo el dominio de las tierras de nuestros hermanos indígenas, además de lesionar otros derechos básicos”.
Aclararon que organizaciones de Derechos Humanos ya denunciaron este accionar legislativo porque ignora la voz de los pueblos originarios de la zona, allí mismo en las tierras donde se encuentra un centro de explotación minera y de litio.
Asimismo, reprocharon el desalojo de sus tierras ancestrales por parte autoridades del que fueron víctimas familias Mbya Guaraní en el noreste paraguayo, cuyo dominio reclamando desde hace una década.
Comentaron que las familias desalojadas fueron denunciadas por invadir “supuestamente” una propiedad, que forma parte de las tierras que están en disputa jurídica desde el año 2013, en un nuevo episodio de vulneración de los derechos de los pueblos originarios del Paraguay, protegidos por la Constitución Nacional, leyes y convenios internacionales.
Ante estas situaciones, expresaron su solidaridad y compromiso con las comunidades originarias, haciéndose eco de sus luchas por la defensa de sus territorios y de la vida de las comunidades. Al mismo tiempo, exhortaron a toda la población “a buscar y transparentar las causas más profundas de estos conflictos, que tienen que ver con intereses en la explotación indiscriminada de la Casa Común por grupos anónimos de poder, a los cuales son funcionales los sectores políticos y otros actores de la sociedad”.
Finalmente, desean que estos conflictos sean resueltos a través de espacios de diálogo honesto y justo entre las partes, para alcanzar la justicia social para construir una verdadera fraternidad.