Este 27 de junio, en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid, Manos Unidas ha presentado en una rueda de prensa su Memoria de Actividades de 2022. El acto ha contado con la presencia de la presidenta de la entidad eclesial, Cecilia Pilar; Ana Pérez, miembro del Departamento de Cofinanciación; y Jessica Del Olmo, que trabaja para llegar a acuerdos de colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), firmándose este año tres convenios en Senegal, Ecuador y Filipinas.
Como se ha lamentado, el pasado año se constató un empeoramiento de la situación a nivel mundial, tal y como se detalló en el informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’ (SOFI), encargado, entre otras instituciones globales, por la FAO, la OMS o UNICEF. En dicho estudio, para Manos Unidas, afloraba un dato especialmente alarmante: “El número de personas que pasa hambre en un mundo en el que se tira la comida a espuertas aumentó hasta los 828 millones. El cambio climático, los conflictos o la COVID-19, incidieron en el aumento del hambre. Unos datos que en una organización que lleva 64 años luchando contra el hambre causaron verdadero estupor”.
Con el fin de “paliar el impacto de la enorme brecha de desigualdad que separa a pobres y a ricos”, un triste fenómeno que se da entre la “indiferencia” de muchos y que se ha visto “acrecentado durante la pandemia”, especialmente entre “las comunidades más empobrecidas del Sur”, la ONG católica “apoyó directamente a más de 1,7 millones de personas en 55 países de África, Asia y América”. Concretamente, se acompañó a 1.756.037 personas. El 57% fueron mujeres.
Un alud de ayuda que se encarnó en “488 nuevos proyectos aprobados, por un importe de 34.782.534 euros”. Por supuesto, “se continuó trabajando en proyectos de ejercicios anteriores, lo que supone un total de 782 proyectos abiertos en 2022”. A ello se ha dedicado “el 87,8% de nuestro presupuesto”.
Cecilia Pilar ha recalcado que, pese a que en 2022 “remitió la crisis sanitaria” ligada a la pandemia, en cambio, “se agravaron sus consecuencias sociales”, creciendo una brecha que causa “mucho estupor y vergüenza”, haciendo que “millones de personas se vean obligadas a dejar su hogar, dejando toda su vida atrás”, ocurriendo además que “mucha gente acaba ahogada en el gran cementerio que es el Mediterráneo o enterrada en un desierto”.
Por ello, la presidenta de Manos Unidas ha llamado a levantarse “frente a este muro de la indiferencia”. Algo que ha hecho con todas sus fuerzas la entidad eclesial, contando con la ayuda de “miles de personas” que han regalado su tiempo para dedicarse a una “misión” fraterna. En total, en sus 72 delegaciones diocesanas y casi 600 comarcales repartidas por toda España, cuentan con 6.460 voluntarios, 144 trabajadores y 73.100 socios y colaboradores. La mayoría, en una seña de identidad que se mantiene desde el origen de la comunidad, en 1955, son mujeres.
Sin olvidar el compromiso de muchas personas que les han apoyado en la hora de la muerte, dejándoles parte de su dinero en herencia (más de 11 millones el pasado año), o el significativo apoyo de “740 entidades privadas, que aportaron cerca de 2.020.000 euros destinados a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que acompañamos”.
En total, Manos Unidas ingresó en 2022 49.822.361 euros. El 88,2% fueron de origen privado, hasta un total de 43.513.411 euros, proveniendo casi la mitad de socios y donantes. El 11,8% restante (5.828.854 euros) fue de origen público. En cuanto a gastos, la cifra ascendió a 44.989.800 euros, por lo que hubo un superávit de 4.832.562 euros. La gran mayoría de la inversión (87,8%) se dedicó a los proyectos. El resto se empleó en promoción y captación de recursos (3,4%) y en administración y estructura (8,8%).
Otra clave de Manos Unidas es que trabaja en red, apoyándose siempre, en todos los países en los que está presente, en asociaciones locales con un notorio y probado compromiso con los más desfavorecidos. En este sentido, coopera con más de 400 comunidades, entre las que se incluyen numerosas congregaciones religiosas autóctonas y presencias misioneras.
Igualmente, se destaca la política de alianzas conformada con grandes plataformas que se entregan al trabajo por los derechos humanos. Así, en 2022, Manos Unidas fue parte integrante de la Asociación Española de Fundraising, la Alianza Internacional de Organizaciones Católicas de Desarrollo (CIDSE), la Confederación Europea de ONG para el Desarrollo y la Ayuda Humanitaria (CONCORD). la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España (CONGDE), el Consejo Nacional de Misiones, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Enlázate por la Justicia, el Fondo de Nueva Evangelización, el Foro de Laicos, el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, la Plataforma del Voluntariado en España y la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC).