El 31 de octubre de 2013, pocos meses después de inaugurar su pontificado, Francisco destacó que “todos estamos llamados a convertirnos en una ‘caricia de Dios’ para aquellos que tal vez han olvidado las primeras caricias o que incluso jamás en su vida han sentido una”. Una década después, Cáritas Española ha demostrado que su compromiso en este sentido se encarna en millones de apuestas concretas por la dignidad humana.
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Así ha quedado de manifiesto en la presentación, este 28 de junio en Madrid, de su Memoria de Actividades, que ha corrido a cargo de su presidente, Manuel Bretón, y de su secretaria general, Natalia Peiro. En el informe anual, correspondiente a 2022, sobresale un dato esencial: “Cáritas invirtió la cifra récord de 457,2 millones de euros, 54 millones de euros más (13,4%) que el año anterior, en sus diferentes recursos y proyectos dentro de España y en acciones de cooperación internacional en terceros países”. Gracias a este esfuerzo, la entidad eclesial “logró apoyar a 2.830.156 personas dentro y fuera de nuestras fronteras (en 2021 fueron 2,6 millones). De ellas, 1.559.882 fueron en nuestro país y 1.270.274 en cooperación internacional (un 20,6% más que el año anterior)”.
Ucrania e inflación
Como se recoge en la memoria, “la crisis humanitaria provocada por la guerra en Ucrania y las dificultades de las familias para mantenerse a flote por el impacto de la subida del coste de la vida marcaron la labor de Cáritas durante el año pasado”. Algo en lo que abundó Natalia Peiro: “Vivimos tiempos de crisis acumuladas. Tras la pandemia provocada por el Covid-19, vino la guerra de Ucrania, el aumento de la movilidad humana, la evolución del coste energético y la inflación… Esta situación, tanto en el ámbito local como mundial, ha acrecentado la pobreza y la desigualdad”.
Una de las caras de la crisis ha sido la “inflacionaria”, que ha golpeado a muchos hogares: “En el programa de acogida y asistencia se atendieron en el último año a 1.191.853 personas. La cifra es un 16,8% superior a la registrada antes del inicio de la pandemia (1.020.176 en 2019)”. La mayoría de los acompañados en este ámbito “recibieron ayudas para el acceso a consumo de alimentos seleccionados, adquiridos y gestionados directamente por ellos mismos (385.000), para pagar el alquiler de sus viviendas (120.000) o para el pago de recibos de los suministros (100.000)”.
Ayudas para vivienda
De hecho, “solo en ayudas para vivienda, Cáritas invirtió 54 millones de euros (46 millones en alquileres y ocho en recibos de suministros) y otros 46 millones en alimentos”. “La vivienda se ha convertido en un pozo sin fondo para los ingresos de las familias. Dedicarle más recursos de los recomendados genera no poder cubrir otras necesidades básicas, como garantizar unos mínimos de confort térmico o la generación de deudas por impagos”, lamentó Peiro.
A nivel de empleo, “con una dotación total de 117,5 millones de euros, el esfuerzo financiero realizado sobre los itinerarios de inserción sociolaboral y las empresas de inserción volvieron a superar a los programas de acogida y asistencia (112, 2 millones de euros). Con estos recursos se consiguió atender a un 11,7% más de personas en busca de empleo que en 2021”.
Economía solidaria
En este sentido, como explicó la secretaria general, “la apuesta es clara por aumentar los proyectos de economía solidaria y ayudar a las personas en situación de exclusión a que recorran un camino digno hacia su autonomía. Es cierto que estas iniciativas vinculadas al empleo y la economía social requieren más inversión económica, pero son más efectivas a largo plazo y tienen un efecto más recuperador de la persona”.
La ola solidaria de Cáritas ha sido posible gracias al compromiso de sus 72.447 voluntarios y 5.531 trabajadores, así como “al generoso apoyo de miles de socios, donantes y colaboradores privados, que han aportado más de 304,2 millones”, un 66% del total. Por su parte, las Administraciones Públicas también han ofrecido 152,9 millones; un 24,2% más que el año anterior.
Solo un 5,9% para gestión
Gracias a una gestión austera, lo destinado a gestión y administración ha descendido al 5,9%. Así, “de cada 100 euros invertidos en acciones de lucha contra la pobreza, solo se han destinado a gastos de gestión 5,9 euros”. “Llevamos 20 años en este porcentaje de gastos de gestión”, subrayó Peiro.
En cooperación internacional, “en 2022 se destinaron más de 23,6 millones de euros”. Un esfuerzo, en buena parte, “motivado por la emergencia humanitaria causada por la guerra en Ucrania y que ha provocado el desplazamiento forzoso de un tercio de su población”. Así, la entidad eclesial “apoyó a 48.084 personas en Ucrania y a 7.883 en los países limítrofes. En España, la acción para acoger y acompañar a las familias también ha sido una parte sustancial de la respuesta a la emergencia. A lo largo de 2022, la red de Cáritas diocesanas atendió a 5.378 ucranianos”. Igualmente, se ha continuado con la labor “en otros 40 países de América, Asia y África”.